El Ayuntamiento de la capital ahorrará un 36% en el consumo anual de energía, lo que supone un ahorro de 115 millones de euros en la factura eléctrica a lo largo de ocho años.
Ana Botella,
alcaldesa de Madrid, ha presentado hoy en la sede del ayuntamiento el plan de renovación de instalaciones energéticas
diseñado para la ciudad, que tiene como objetivo principal reducir el consumo
anual energético en un 36%, disminución que procederá en gran parte de la
modernización del alumbrado público y vial, lo que supone un ahorro de 115
millones de euros en la factura eléctrica a lo largo de ocho años.
El consistorio madrileño ha previsto una inversión total de
144 millones de euros en un periodo de ocho años, a través de un contrato con
dos UTE’s de empresas (entre las que se hallan Etralux, Ferrovial Servicios, FCC o
Indra, entre otras). De esa cantidad, 36 millones se dedican a la mejora de la eficiencia energética en
alumbrado público y fuentes ornamentales, una cifra de 51 millones a la renovación de instalaciones que han
llegado al final de su vida útil o que han quedado obsoletas, y los 57 millones
restantes se destinan a inversiones periódicas y continuadas de conservación y mantenimiento a lo largo
de este contrato.
Estas inversiones ya se están ejecutando y se terminarán de
desarrollar el año próximo. Así, durante 2014 y 2015, Madrid va a renovar 225.000 puntos de luz,
instalará un total de 84.000 luminarias
con tecnología Led y cambiará los equipos electrónicos de otras 124.000
unidades. Además, se instalarán nuevos sistemas de reducción del consumo en 194
de las 430 instalaciones hidráulicas ornamentales.
La alcaldesa recalcó que estos ahorros equivalen a evitar la
emisión de 168.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera (lo que
generarían al año casi 115.000 vehículos). Se trata del “mayor proyecto de
iluminación acometido en el mundo por número de puntos de luz intervenidos” y “la
mayor renovación tecnológica llevada a cabo en Madrid a lo largo de su historia”,
subrayó.
Botella hizo hincapié también en que este proyecto responde
al “modelo urbano sostenible” que se pretende para la capital, que gira en
torno a tres aspectos: reducción de consumos energéticos, disminución de
contaminación lumínica y contribuir al embellecimiento de la ciudad, “gracias a
un uso adecuado de la iluminación”.
