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Vertiv analiza las cinco tendencias más destacadas que definirán los centros de datos en 2023

Por Pablo García
El peso cada vez mayor de los centros de datos choca con las restricciones al consumo energético de estas infraestructuras en algunos países. Por ello, las tendencias del próximo año apuntan a una normativa más estricta, a una popularización de los data center modulares y prefabricados, a nuevas soluciones de almacenamiento de energía y mayores densidades de racks.

La crisis energética y el cada vez mayor flujo de datos que se genera alrededor de todo el mundo obligarán a evolucionar ‘a marchas forzadas’ a los centros de datos en los próximos meses. En este contexto, los especialistas de Vertiv han analizado qué tendencias marcarán la evolución de estas infraestructuras para el próximo año.

Cinco tendencias destacadas para 2023

En primer lugar, los expertos de Vertiv apuntan a una normativa cada vez más estricta para reducir el consumo de energía y agua por parte de los centros de datos, que, a día de hoy, son los responsables del 3 % del consumo mundial de electricidad, aunque se espera que alcancen el 4 % en 2030.

De hecho, una instalación media de hiperescala consume entre 20 y 50 MW al año, el equivalente al consumo energético de hasta 37.000 hogares; un centro de datos con sistemas de refrigeración por evaporación puede consumir de 11 a 18 millones de litros de agua al día, similar al consumo de una ciudad de entre 30.000 y 50.000 habitantes.

Ante esta situación, países como Irlanda (en concreto en Dublín) y Singapur ya han empezado a tomar medidas para reducir el consumo de energía y agua de los centros de datos. Por ello, el sector avanzará en 2023 hacia una mayor eficiencia y medidas de autocontrol de los consumos.

En segundo lugar, los representantes de Vertiv explican que los centros de datos prefabricados y modulares “son más que una tendencia, es la nueva normalidad”, afirman. “En poco tiempo, la estandarización, que va desde los componentes modulares, los módulos de alimentación y refrigeración hasta las instalaciones prefabricadas completas, se convertirá en el enfoque por defecto, también para la hiperescala y el Edge”, agregan.

La tercera tendencia pasa por minimizar el papel de los generadores diésel en favor de nuevas soluciones de almacenamiento de energía. Para 2023, los expertos de Vertiv anticipan que surgirá una alternativa preferente, concretamente las pilas de combustible de hidrógeno.

“Estas pilas de combustible funcionarán al principio como un generador, proporcionando apoyo momentáneo a la carga, y, con el tiempo, son prometedoras para un funcionamiento sostenido o incluso continuo”, explican desde Vertiv.

En cuarto lugar, las mayores densidades de racks obligarán a prestar más atención a las estrategias de refrigeración. Por suerte, esta encrucijada coincide con la madurez de las tecnologías de refrigeración líquida de servidores que, aunque no es una tecnología nueva, sí impulsará su adopción el próximo año.

Finalmente, el desarrollo del 5G y el metaverso provocará que la red “se vuelva más sofisticada”, circunstancia que también obligará a la infraestructura necesaria para respaldarla a evolucionar. En este sentido, desde Vertiv apuntan a una mayor adopción de los SAI de ion-litio en el extremo de la red.

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