La crisis sanitaria afectó de forma moderada a la facturación, la liquidez y el nivel de deuda de las empresas instaladoras madrileñas, tal y como revela el III Informe de la Profesión Instaladora de APIEM.
APIEM ha dado a conocer la segunda entrega de las conclusiones que se desprenden de su III Informe de la Profesión Instaladora que, en esta edición, y como no podía ser de otra manera, presta especial atención al impacto del COVID-19 en las empresas instaladoras.
Según este estudio, las consecuencias de la pandemia han repercutido especialmente en las inversiones, la rentabilidad y la productividad de las empresas instaladoras madrileñas. De hecho, más del 50 % de las entidades que participaron en la encuesta de APIEM indicaron que el impacto de la pandemia fue alto en las tres variables anteriormente mencionadas.
Además, más del 40 % de las compañías instaladoras señalaron que la crisis sanitaria afectó de forma moderada a su facturación, liquidez y nivel de deuda.
Estos datos se suman a otros procedentes del mismo estudio que indican que el 54,9 %, de las empresas instaladoras registró durante 2020, al menos, un caso de COVID-19 en el ámbito laboral o personal. Asimismo, la mayoría de las entidades que participaron en el informe apuntaron que habían invertido entre 500 y 1.000 euros en equipos de protección durante el pasado año.
Cabe recordar que el III Informe de la Profesión Instaladora ha sido realizado tras analizar las respuestas de una encuesta lanzada por APIEM entre sus más de 1.400 asociados, además de tomar como referencia otros datos de fuentes oficiales como el INE o los informes Forrester.