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Fotoimpacto: La DANA en Valencia destapa los riesgos de no contar con instaladores certificados

Por Sara PortilloRedactora del Área de Material Eléctrico
“Tras la DANA de Valencia hemos visto instalaciones muy dañadas por el agua y el barro que, en algunos barrios han llegado a sobrepasar los 1,5-2 metros dentro de la vivienda, anegando incluso cuadros eléctricos y armarios de contadores”, comparte en LinkedIn Juan Bosch Ávila, profesor de FP en Informática y SAI, uno de los más de 300 voluntarios del grupo #electricistasDANA. Una situación que evidencia la necesidad de generar conciencia sobre la seguridad eléctrica y recupera nuestra sección de fotoimpacto.

Ya hace casi un mes desde el desastre natural que supuso la DANA, cuyas inundaciones afectaron a diferentes comunidades autónomas españolas, siendo Valencia la que se llevó la peor parte. Las víctimas mortales, que ya superan la cifra de 220 personas según datos oficiales, y los desaparecidos, protagonizan un escenario en el que también se encuentran viviendas y comercios anegados, instalaciones eléctricas inutilizables y un gran riesgo para la seguridad de las personas. 

Ante este panorama, la solidaridad también ha querido estar presente en forma de voluntarios, como Joan Bosch Ávila, profesor de FP en Informática y SAI, quien, junto a más de 300 voluntarios del grupo #electricistasDANA ha acudido a municipios como Algemesí y Aldaia. 

“Nos hemos juntado más de 300 profesionales de la electricidad y profesionales de FP para dar servicios mínimos de iluminación, habilitar algunos enchufes y minimizar los riesgos de contacto eléctrico entre los vecinos de Ribera Alta, Ribera Baixa y Horta Sud”, expresa en una publicación en LinkedIn que recupera nuestra sección de fotoimpacto.

En ella, muestra instalaciones dañadas y lanza algunas advertencias, además de abordar la importancia y la necesidad de contar con instaladores profesionales. El área de Material Eléctrico de C de Comunicación ha solicitado a Joan información acerca de estas instalaciones, sus riesgos, soluciones y el trabajo de estos voluntarios en las zonas afectadas por la DANA.

La labor de los instaladores voluntarios tras la DANA en Valencia

“Tras la DANA de Valencia hemos visto instalaciones muy dañadas por el agua y el barro que, en algunos barrios han llegado a sobrepasar los 1,5-2 metros dentro de la vivienda, anegando incluso cuadros eléctricos y armarios de contadores”, relata Bosch.

Una situación que evidencia la necesidad de generar conciencia sobre la seguridad eléctrica. Instalar o reparar sin conocimientos adecuados no sólo vulnera las normas, sino que pone vidas en peligro. 

“Lo primero que necesitan los afectados es el asesoramiento de un profesional que actúe con criterio, garantizando tranquilidad y seguridad de las instalaciones”, explica. 

Así, el equipo de voluntarios compuesto por profesionales y docentes de Formación Profesional realizó tareas de:

  • Revisión y desconexión de líneas afectadas: desmontar, secar y limpiar enchufes y cuadros eléctricos dañados por agua y barro. También se desmontaron interruptores y conmutadores anegados.
  • Sustitución de elementos críticos: comprobar diferenciales, magnetotérmicos y demás dispositivos de protección, reemplazándolos si el agua los había dañado.
  • Avisos a distribuidoras: en casos graves como cuadros de contadores anegados, coordinar soluciones de emergencia para personas en situación de vulnerabilidad.

Peligros detectados, errores comunes y advertencias

Durante estas labores, el equipo de voluntarios identificó prácticas y situaciones altamente peligrosas, muchas veces fruto del desconocimiento o de intentos apresurados de restablecer la electricidad.

“En base a lo que hemos visto, me gustaría lanzar algunas advertencias”, expone Bosch, quien, además, ofrece algunas recomendaciones.

Limpieza inadecuada con hidrolimpiadoras: 

  • Usar una Karcher o herramientas de alta presión directamente sobre enchufes o cuadros eléctricos sin desconectar previamente la corriente. Este método, además de peligroso, acelera la oxidación y puede dañar componentes sensibles. Por otro lado, puede provocar descargas eléctricas si el circuito no ha sido desconectado previamente.
  • Recomendación: Desconectar la corriente, desmontar los enchufes, limpiarlos en seco y aplicar spray dieléctrico (como WD40) antes de volver a instalarlos.

Puenteo de protecciones eléctricas: 

  • En algunos casos, se inhabilitaron interruptores diferenciales, magnetotérmicos y otros elementos de seguridad, o incluso se realizaron conexiones directas para saltarse estas protecciones.
  • Riesgo: Esto deja la instalación y a sus usuarios completamente desprotegidos frente a sobrecargas y descargas eléctricas.

Según Bosch, estas prácticas son extremadamente peligrosas: “Los elementos de protección como diferenciales, magnetotérmicos o fusibles están para protegernos. Nunca permitáis que se puenteen”.

Sobrecarga en enchufes y cableado: 

  • Se detectaron instalaciones donde se conectaron múltiples electrodomésticos de alta potencia (lavadoras, secadoras, termos) a cables de sección insuficiente (ej. 1,5 mm²), lo que puede causar sobrecalentamiento y aumentar el riesgo de incendio.
  • Ejemplo: Un enchufe de 1,5 mm² conectado directamente a un cableado de 6 mm² soportando una regleta con varios electrodomésticos de alta carga.

Conexiones ilegales: 

Bosch enfatiza: “Cuidado con los enganches directos. Aparte de ser ilegales, son peligrosos. Nos hemos encontrado con varios casos donde, por desesperación, se recurrió a estas prácticas”.

  • Enganches directos a la red eléctrica o conexiones improvisadas entre viviendas. “Algunas se han hecho temporalmente al estropearse el contador de una vivienda, pero otras estaban hechas anteriormente y a conciencia”, sostiene.
  • Riesgo: Además de ilegales, estas conexiones son altamente inseguras y aumentan la probabilidad de cortocircuitos.

Barro en los componentes eléctricos: 

  • El agua y el lodo que penetraron en cuadros eléctricos, diferenciales y magnetotérmicos dificultan la disipación de calor y pueden generar cortocircuitos si partículas conductoras conectan cables accidentalmente.
  • Recomendación: Desmontar los elementos afectados, limpiarlos cuidadosamente y, si no es posible restaurarlos, reemplazarlos por nuevos componentes.

Confiar en instaladores cualificados es crucial

En casos como este, recurrir a instaladores cualificados no solo es una recomendación, es una necesidad vital. El profesor subraya que, en situaciones de emergencia como esta, el intento de reparar instalaciones sin la capacitación necesaria puede ser catastrófico. 

“Únicamente las personas con la formación requerida para ejercer de instalador electricista deberían hacer estas intervenciones, hay mucho intrusismo o personas con voluntad de ayudar sin conocimiento técnico y esto puede ser peligroso tanto para ellos mismos como para las personas que residen o trabajan allí. Se pueden exponer a riesgos de incendio o quemaduras y especialmente a riesgos eléctricos que pueden ir desde lesiones leves, hasta incapacidades o incluso fallecimientos”, explica.

Por otro lado, muchas viviendas antiguas no cumplen con la normativa actual. Esto agrava los riesgos al intentar restablecer servicios eléctricos esenciales bajo condiciones adversas. Estas viviendas antiguas, al no cumplir con la normativa actual, presentan riesgos eléctricos que se agravan tras fenómenos como la DANA.

“Todavía existen muchas instalaciones eléctricas antiguas en viviendas de los años 1950-1970 que no cumplen al 100% con la normativa actual, a partir del 1973 con el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión se fueron haciendo instalaciones cada vez más seguras hasta la entrada del REBT en 2003 que incluyó más medidas de seguridad eléctrica”, desarrolla.

En una situación como la actual las personas necesitan usar hidrolimpiadoras, lavar mucha ropa, usar la secadora, encender la nevera, cargar el teléfono, ver las noticias en la TV… “Esto las lleva a intentar por todos los medios reestablecer el suministro eléctrico de la vivienda y se suelen encontrar con un diferencial que les salta o un magnetotérmico que se dispara por estar sobrecargado”, agrega.

“Al no funcionarles la instalación, llaman a un instalador eléctrico, que probablemente va desbordado en ese momento y no puede atenderle. La siguiente llamada es al cuñado o al amigo que sabe algo de electricidad para que le diga qué hacer”.

Por último, acuden a Youtube para visualizar un vídeo y “jugársela uno mismo”, indica. “El desconocimiento técnico y la falta de EPIs especializados puede ponerles en situaciones de riesgo”, concluye Joan Bosch. 

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