Jaume Alcaide aborda en esta entrevista el problema del relevo generacional y sus causas, pero también sus posibles soluciones. El presidente de FEGiCAT explica que, a pesar de la necesidad de incorporar nuevos profesionales al mercado, el pasado año, el sistema de FP pública de Cataluña solamente consiguió insertar a 683 personas.
El colectivo instalador no es ajeno al contexto de incertidumbre global actual, ni a la crisis de las materias primas; tampoco a otros problemas particulares como la falta de relevo generacional. Sin embargo, su figura es clave en la transición energética en la que nos encontramos y las perspectivas son optimistas, al menos a corto y medio plazo.
A pesar de estas buenas expectativas, los jóvenes siguen mostrando sus reticencias a la hora de apostar por este sector. Falta mano de obra que dé el relevo a los más veteranos. De hecho, existe un desfase entre los jóvenes que salen titulados de la FP en este campo y la demanda de profesionales. Por ello hemos preguntado a Jaume Alcaide, presidente de FEGiCAT. Esto es lo que nos ha contado.
¿Cómo se está viviendo esta situación desde FEGiCAT?
Después de la crisis de la burbuja inmobiliaria, los centros de FP cerraron de forma sistemática las formaciones relacionadas con nuestra actividad. Quedaron muy pocos centros con algún ciclo de grado medio y superior. En aquel momento, la figura del instalador empezó a considerarse una actividad profesional poco atractiva, sin salida laboral y sin proyección de futuro. En cuanto la actividad se recuperó, el daño ya estaba hecho: centros sin ciclos formativos y una reputación que no estaba acorde con las grandes oportunidades que generaba el sector.
De acuerdo con el estudio realizado por FEGiCAT, en el que participaron 900 empresas instaladoras, el sector necesita incorporar de forma inmediata a 18.000 trabajadores solo en Cataluña. Esta cifra irá aumentando a medida que se hagan más exigentes los requerimientos de implantación de energías renovables.
Sin embargo, en 2021, y teniendo en cuenta todos los centros de formación públicos, el sistema de Formación Profesional de Cataluña únicamente consiguió ‘inyectar’ al mercado a un total de 683 personas (666 hombres y 17 mujeres). Una cantidad ridícula si la comparamos con las necesidades del tejido empresarial.
Jaume Alcaide, presidente de FEGiCAT, durante la inauguración de la última edición de Efintec.
A tenor de sus palabras, ya se han identificado las causas de esta problemática. Pero, ¿cuál es la solución?
Las políticas actuales son poco efectivas. La pregunta que deberíamos hacernos al respecto es ¿quién orienta a los alumnos sobre las oportunidades del mercado laboral?
Consideramos que sería necesaria una estructura, dentro del Departamento de Educación, preparada y con experiencia en el mundo laboral como para asesorar y orientar a los alumnos (futuros empleados) sobre qué sectores representan una oportunidad presente y futura. Nos encontramos ante una situación difícil de administrar y no vemos avances en ese sentido. La FP en Cataluña depende íntegramente de este Departamento.
Por otro lado, la reconversión de sectores que actualmente están en situación de riesgo presenta una gran oportunidad para satisfacer las necesidades del mercado laboral en el campo de la instalación. FEGiCAT está trabajando con el Departamento de Trabajo de la Generalitat de Cataluña de forma muy intensa para dar respuesta a estas necesidades.
Además, las organizaciones que regulan las políticas activas de ocupación (SOC y CFCC) son más conscientes de la importancia que el sector profesional tiene en la toma de decisiones. En este sentido, FEGiCAT ha firmado un acuerdo histórico con el Departamento de Empresa y Trabajo para generar ocupación de calidad y garantizar su continuidad.
Desde FEGiCAT reclamamos que la formación sea construida, trabajada y liderada conjuntamente entre la Administración Pública y las asociaciones empresariales, que tienen como finalidad única dar respuesta a las necesidades de sus asociados y al colectivo en general.
Finalmente, hay que trabajar para revertir la opinión pública actual sobre nuestra profesión. La gran pantalla no ayuda a eliminar un cliché que a menudo se asocia a pequeñas reparaciones y apaños. Las empresas instaladoras son la punta de lanza del proceso de descarbonización y transición energética.
Por ese motivo, desde FEGiCAT también estamos trabajando con la Generalitat de Cataluña para iniciar una campaña de comunicación masiva, dirigida principalmente a jóvenes, para que entiendan las oportunidades del sector y que pueden formar parte de la lucha contra el cambio climático.
Este extracto pertenece a una entrevista más extensa en la que se abordan, además, otros asuntos de interés para el sector como el impacto de la crisis de las materias primas en el colectivo, las condiciones de las subcontratas de grandes eléctricas o la falta de conciencia colectiva de algunas asociaciones que no han querido sumarse a FEGiCAT. Pueden leer la entrevista completa en el último número de Cuadernos de Material Eléctrico.
