El tributo, de carácter “excepcional y temporal”, se aplicará en los ejercicios 2023 y 2024 sobre los beneficios extraordinarios obtenidos por empresas eléctricas, gasistas y petroleras durante los años 2022 y 2023. El Gobierno calcula una recaudación de 2.000 euros al año.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer durante la primera jornada del debate sobre el estado de la nación, que continúa hoy en el Congreso de los Diputados, un nuevo impuesto que se aplicará durante los ejercicios 2023 y 2024 y que grabará los beneficios extraordinarios que obtengan las grandes energéticas durante los años 2022 y 2023.
La medida, de carácter “temporal y extraordinario”, afectará a eléctricas, gasistas y petroleras. Según los cálculos del ejecutivo, este impuesto recaudará 2.000 millones de euros al año, es decir, 4.000 millones durante su periodo de vigencia previsto.
“Este Gobierno no va a tolerar que haya empresas o individuos que se aprovechen de la crisis para amasar mayor riqueza a expensas de la mayoría (…). Por eso vamos a poner en marcha un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las grandes empresas energéticas que recaudará 2.000 millones al año durante los próximos dos años”, explicó Pedro Sánchez.
“Un impuesto excepcional -continuó- para el año 2023 y 2024 que afectará a los beneficios extraordinarios obtenidos en los años 2022 y 2023 por los grupos dominantes en el sector eléctrico, gasista y petrolero“, añadió el presidente del Gobierno.
El anuncio provocó caídas en la Bolsa de las grandes energéticas del Ibex 35, que esta mañana también ha abierto en negativo. De hecho, a las diez de la mañana, el Ibex caía un 0,45 % y las grandes energéticas también cotizaban en rojo: Iberdrola se dejaba un 1,87 %, Acciona Energías Renovables un 0,30 %, Endesa un 061 % y Repsol un 1,68 %.
