Tanto FENIE como AEDIVE valoran positivamente que se haya dado el visto bueno al texto legislativo, aunque aún puede ser mejorado.
Una vez que el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible ya ha sido aprobado por el consejo de ministros y remitido a las Cortes, se espera que quede ratificado antes de que termine el 2024.
Tanto AEDIVE como FENIE expresan a este medio que la noticia es positiva. La Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica reconoce que el texto requiere algunas mejoras. Por su parte, FENIE ofrece alguna recomendación.
AEDIVE y FENIE coinciden en su valoración
Ambas entidades coinciden en que es positivo que se haya dado el visto bueno al texto. “Es un hecho relevante que el Gobierno haya acordado su tramitación parlamentaria por la vía de urgencia, lo que da una idea de su importancia para el calendario de esta legislatura”, indica Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE.
“Está dirigido a la descarbonización del transporte y a la reducción del uso de combustibles fósiles, alineándose con los objetivos del PNIEC, lo que contribuirá a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y a mejorar la calidad del aire de los entornos urbanos”, aseguran desde FENIE.
En esta línea, Arturo Pérez de Lucia agrega: “El reto climático y la salud derivada de la calidad del aire de las ciudades nos exigen la adaptación del sistema de transporte hacia una movilidad limpia y más sostenible“. Otro aspecto que considera muy relevante y que contempla el proyecto de ley de Movilidad Sostenible es que se instaure el Sistema Nacional de Movilidad Sostenible, cuyo fin es garantizar la cooperación entre las distintas administraciones públicas.
Una transición efectiva hacia la movilidad eléctrica
AEDIVE reconoce que la nueva ley pretende crear un marco normativo que permitirá que las políticas públicas de transporte y movilidad respondan mejor a las necesidades reales de los ciudadanos. Además, en la norma “se pone de relieve la promoción de una movilidad entendida como un derecho social y la necesidad de avanzar hacia un modelo de ciudad que pone al ciudadano como centro de la estrategia”, detalla.
De igual modo, el director general recuerda que se contempla que las empresas con 500 o más empleados por centro deben elaborar planes de movilidad sostenible al trabajo con los que se facilite “el uso del transporte público y de la movilidad compartida”.
Desde FENIE, también apuntan que está enfocada en la consecución de una transición efectiva hacia la movilidad eléctrica, ya que la ley fomenta la realización de campañas de concienciación y sensibilización dirigidas a la sociedad. De hecho, prevé la introducción de la formación en este ámbito, aunque la federación considera que “es imposible conseguir los objetivos si no se logra que la sociedad sea partícipe de este cambio de modelo”.
Mejorar el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible
Con todo, aún quedan algunos asuntos por perfilar en el texto legislativo. Tal y como avanza Arturo Pérez de Lucia, “AEDIVE está trabajando en colaboración con otras entidades en la incorporación de algunas enmiendas que lo mejoren”.
En el caso de FENIE, estiman que la ley debería ir acompañada de un plan integral de despliegue de infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos. Este, además, debe afectar tanto a infraestructuras de pequeña potencia como a aquellas de gran potencia.
Sobre el primero de ellos, desde la Federación indican que se debería revisar el Código Técnico de la Edificación para “exigir unas dotaciones mínimas de infraestructuras de recarga en los edificios acordes a los objetivos que se pretenden conseguir de, al menos, cinco millones de vehículos eléctricos para 2030”.
Con respecto a las infraestructuras de gran potencia, subrayan que sería conveniente desarrollar una normativa de dotaciones mínimas para las redes de carreteras, y para “ser más ambiciosos con las de parkings de uso público y entornos urbanos”.