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Las Tres Campanas, una rehabilitación que ilumina la modernidad del histórico edificio pacense

Por Sara PortilloRedactora del Área de Material Eléctrico
El emblemático edificio pacense renació tras un periodo de rehabilitación que culminó en 2024, después de cuatro años y numerosos desafíos. Con una iluminación planteada con cuidado y trabajada con mimo, Las Tres Campanas ha logrado mantener su esencia histórica a la vez que ofrece experiencias adaptadas al presente.

Alojado en la icónica plaza de La Soledad, en Badajoz, se encuentra el histórico edificio de Las Tres Campanas, construido en 1899 y muy querido por la sociedad pacense. Este emblema de la localidad, que debe su nombre a las tres campanas que rematan la fachada, renació tras un periodo extenso de rehabilitación que culminó en 2024, después de casi cuatro años y numerosos desafíos.

Así lo traslada a este medio Raúl López, gerente de la empresa instaladora encargada de desarrollar un proceso que recuerda con cariño: “Aportar en la transformación de un edificio que significó mucho en mi infancia y ver en lo que se ha convertido, manteniendo su estética, es muy especial y gratificante”, expresa. El proyecto devolvió la vida a una estructura cargada de recuerdos y, además, le hizo establecer nuevos estándares en la conservación arquitectónica y diseño lumínico.

El edificio, con 125 años de historia, nació para convertirse en un establecimiento comercial en el que, entre sus negocios, destacaba la juguetería. Ahora alberga un hotel boutique de cuatro estrellas con 15 habitaciones y suites, además de un espacio gastronómico que conjuga elegancia y tradición

“Como juguetería se mantuvo operativa hasta 2002”, traslada Claudia Ríos Perera, responsable del hotel. Cuando cerró sus puertas, quedó un vacío que esta obra ha logrado llenar con una fusión de historia y modernidad, en la que se han respetado muchos elementos decorativos de antaño. “Es emocionalmente nostálgico. Pasear por sus instalaciones y recordarte de niña con la ilusión que solo se tiene entonces…”, explica Claudia.

“Despertar a un gigante de 125 años y mantener su esencia fue un reto, pero también una oportunidad única”, agrega la responsable del hotel. Lo cierto es que para los habitantes de Badajoz Las Tres Campanas, propiedad de la familia Guerrero desde hace algo más de 17 años, es mucho más que un edificio. Por ello, difícilmente sorprendió la gran acogida que tuvo su inauguración a principios de abril de 2024.

La iluminación, uno de los elementos distintivos del proyecto

Uno de los elementos fundamentales del proyecto es la iluminación, planeada con cuidado y trabajada con mimo. “Toda la iluminación es led, desde lámparas, focos, proyectores, hasta metros de tira led. Se escogieron diferentes tonalidades de color para resaltar los variados espacios del edificio”, explica Raúl López.

El valor histórico del edificio, y su protección derivada de ello, supuso un reto significativo para el equipo técnico. “Disimular las instalaciones eléctricas fue complicado; no podíamos realizar calas en muchas áreas debido a las restricciones de conservación”, comenta. El resultado es un sistema de iluminación que combina funcionalidad estética y destaca cada rincón del inmueble, sin comprometer su integridad.

Asimismo, la elección de luminarias fue meticulosamente planificada. En este sentido, y como nos explica Raúl, las tiras led no solo cumplen con los altos estándares de eficiencia energética, sino que también aportan flexibilidad en los diseños. “Queríamos que cada espacio tuviera su propia identidad visual”, agrega.

De este modo, mientras que las habitaciones del hotel ofrecen una combinación de luz cálida y regulable, ideada para crear un ambiente relajante, los salones de eventos utilizan luces frías y focos direccionales, aportando un efecto más dramático.

La propiedad detalla que “la iluminación fue pensada para provocar asombro, jugando con formas y colores diversos que guían la atención hacia elementos clave”. Con esta estrategia, se consigue crear un efecto inmersivo que invita a los visitantes a explorar cada espacio con una curiosidad renovada.

Espacios transformados con un cuidado diseño lumínico

Las Tres Campanas sufrió un incendio en 1912 y seis años después fue rehabilitado con un estilo modernista que perdura en la actualidad, donde se ha respetado aquella reparación. “Hace algunos años, Caja Rural de Extremadura compró el edificio para convertirlo en su sede central, pero ese cambio nunca llegó a materializarse”, explican desde la propiedad.

También destacan al edificio “por ser un prodigio de técnica y buena construcción, y un admirable control de la geometría de la obra”. Asimismo, reseñan “su cubierta de terraza ‘a la madrileña’, estucos en paredes y techos esgrafiados, azulejería modernista y desagües en gres de gran valor etnográfico”.

Además, se ha convertido en todo “un referente innovador en instalaciones y dotaciones tecnológicas”. Atendiendo a este breve contexto, los retos de su transformación no han sido baladí, precisamente.

Por zonas, atendiendo a cada planta del edificio, se observa un cuidado diseño lumínico que contribuye a potenciar su funcionalidad y belleza. “Queríamos que la iluminación guiara la atención hacia los elementos más emblemáticos”, expresa David Guerrero López, gerente del establecimiento.

En la planta baja, la cafetería y la cervecería conservan el suelo original de madera y las lámparas del siglo XIX, mientras que las modernas tiras led realzan los detalles arquitectónicos.

El restaurante, ubicado en la primera planta, ofrece una atmósfera cálida y acogedora debido a un esquema lumínico que juega con tonos cálidos y fríos, dependiendo del momento del día. Se trata de un espacio cuya iluminación enriquece la experiencia gastronómica, “haciendo que cada comida sea especial”, asegura Claudia Ríos. Esta se
adapta a los colores y texturas de los platos, creando un entorno en el que los detalles culinarios también quedan resaltados.

Los salones superiores están destinados a celebraciones y en ellos la iluminación led crea un efecto teatral que resalta los estucos y azulejerías modernistas originales. En estos espacios, los protagonistas de los encuentros en los eventos son la historia y la sofisticación.

Por último, la terraza chill-out es otro de los grandes emblemas del edificio, valorada de forma muy positiva por sus visitantes. Presenta una combinación de luces suaves y un diseño de paisaje que está cuidadosamente iluminado para que ofrezca un ambiente relajado en las noches de verano. En este lugar “la iluminación crea una experiencia inolvidable bajo las estrellas”, refleja David.

“Despertar a un gigante de 125 años y mantener su esencia fue un reto, pero también una oportunidad única”, destaca Claudia Ríos, responsable del hotel.

Ascensor y reloj central, dos elementos históricos

El ascensor y el reloj central son dos elementos históricos del edificio y, como tal, recibieron una atención especial con detalles que evocan esa nostalgia del pasado y que permiten que se integren a la perfección en el diseño del mismo.

Las Tres Campanas acogió la primera instalación de ascensores de Badajoz: un ascensor y montacargas de cinco paradas y 16 metros de recorrido, marca C. Bloch. “Los camerinos de ambos ascensores son de madera, con cristaleras y asientos que discurren por guías también de madera y que no se han cambiado desde su puesta en marcha”, describe la propiedad. Una estructura conservada en la actualidad y que ahora destaca por una iluminación indirecta que contribuye a subrayar su singularidad.

El reloj central, al que hay que dar cuerda diariamente, fue fabricado en 1917 por el pacense P. Pérez. Cuenta con un ingenioso sistema de transmisión mecánica de la hora a otro reloj ubicado a gran distancia y en el centro geométrico del edificio. Su maquinaria en la terraza se ve realzada por discretas luces led que permiten apreciarlo incluso cuando es de noche.

Una rehabilitación con importantes desafíos

La rehabilitación de Las Tres Campanas enfrentó momentos complicados, en los que se incluye la irrupción de la pandemia causada por la Covid-19 en España. “Todo se paralizó de golpe”, rememora López. “Reanudar con tantas medidas de seguridad fue un gran reto, pero ver el resultado final ha sido gratificante”, explica.

La complejidad se vio aumentada por las restricciones para trabajar en un edificio protegido, con lo que había que combinar creatividad y precisión en cada paso. A esto se unieron desafíos logísticos, como la instalación de sistemas modernos sin dañar los elementos originales del edificio.

Para superar todos los obstáculos, la colaboración entre los diferentes profesionales (arquitectos, ingenieros y electricistas) fue clave. Un esfuerzo conjunto que pudo garantizar que el trabajo se desarrollara cumpliendo con los estándares de calidad y seguridad.

“Queríamos que la iluminación guiara la atención hacia los espacios más emblemáticos”, expresa David Guerrero López, gerente de Las Tres Campanas.

El impacto en la comunidad

Se trata de un gran logro para la comunidad que, como subraya David Guerrero, fue muy importante: “La gente quería
entrar incluso antes de la inauguración, se respiraba intriga e incluso algo de ansia por ver cómo era por dentro”. Un entusiasmo que demuestra lo significativo que es este edificio para Badajoz.

Ahora, el público está encantado: “La expresión desde que les ves entrar por la puerta es de absoluta admiración y asombro. Las cámaras de los móviles no dan abasto y, para nosotros, es muy importante todo esto”, asegura David.

Una respuesta abrumadora ante un proyecto que, para la familia propietaria, representa mucho más que una rehabilitación: supone un legado para las futuras generaciones, además de un recordatorio sobre la importancia de preservar el patrimonio histórico.

Con esto esperan que “quienes visiten Las Tres Campanas revivan la magia de sentirse niños otra vez y comprendan la relevancia de cuidar nuestra historia”, señala Claudia Ríos. “Esperamos conseguir elevar este gran edificio histórico de nuestra ciudad a su máximo exponente y dar a conocer la importancia que tiene el cuidado y el mantenimiento de los edificios históricos en nuestra ciudad”, completa.

Además de todo ello, y como subraya David, con proyectos como este se persigue colocar a Badajoz en el mapa, “como una ciudad de progreso, de oportunidades y de vida”. Con todo, y tras la reforma se ha conseguido que Las Tres Campanas sea capaz de representar un equilibrio entre historia y modernidad. Mantiene viva su esencia histórica a la vez que ofrece experiencias adaptadas al presente.

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