Ante las posibles consecuencias de esta reforma en las micropymes instaladoras catalanas, la federación plantea soluciones que mitiguen sus efectos y puedan garantizar un equilibrio entre la productividad empresarial y las condiciones laborales.
La Federación de Gremios de Instaladores de Cataluña (FEGiCAT) ha expresado su preocupación por la propuesta del Gobierno de reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales a partir de 2025.
Según trasladan, esta medida representa un desafío importante tanto para la competitividad como para la calidad del servicio en el sector y recuerdan que las micropymes instaladoras constituyen el 86 % de las empresas con trabajadores en Cataluña.
Ante las posibles consecuencias de esta reforma, FEGiCAT plantea soluciones que mitiguen sus efectos y puedan garantizar un equilibrio entre la productividad empresarial y las condiciones laborales. Asimismo, subraya la importancia de negociar de forma sectorial, “ya que la jornada laboral no puede ser regulada de forma homogénea para todos los sectores”.
La federación sugiere una revisión del modelo laboral que incluya la flexibilización del tiempo de trabajo, estrategias para reducir el absentismo laboral y medidas para afrontar la escasez de profesionales cualificados.
El impacto de la reducción de la jornada laboral en las micropymes instaladoras
FEGiCAT advierte de que la reducción de la jornada laboral puede suponer “una amenaza” para la competitividad de las microempresas catalanas y para la calidad del servicio que ofrecen a la ciudadanía.
Explican que podría aumentar los costos laborales, además de dificultar la contratación de personal cualificado, puesto que la escasez de mano de obra es un problema preexistente.
Un escenario que, a su vez, se podría traducir en tiempos de espera más largos y un encarecimiento de los servicios para los consumidores. Asimismo, la confianza y la satisfacción de estos se vería directamente afectada.
FEGiCAT propone negociar de forma sectorial
Para abordar esta situación, desde la federación destacan la necesidad de negociar medidas adaptadas a las especificidades de cada sector. Entre las diferentes propuestas planteadas, destacan:
Flexibilización y transición progresiva. Implantar la reforma de una manera escalonada, de tal forma que las empresas se puedan ajustar gradualmente.
Apoyo fiscal. Establecer incentivos para aliviar el impacto económico en las micropymes.
Optimización del tiempo de trabajo. Fomentar la productividad sin aumentar la carga laboral. FEGiCAT, junto con PIMEC, propone un debate más amplio que no solo contemple la reducción horaria, sino que también recoja mejoras estructurales en el mercado laboral para mejorar “la competitividad, la productividad y la calidad de vida de los trabajadores”.