La patronal de la iluminación europea explica que las empresas deberán replantearse el diseño de sus productos y vaticina un posible descenso de las ventas por la mayor durabilidad de las referencias y por un previsible aumento de los costes.
El pasado mes de marzo, y como parte del conocido Pacto Verde europeo, la Comisión Europea presentó su propuesta para desarrollar una nueva normativa denominada ‘Iniciativa de productos sostenibles’ (SPI, por sus siglas en inglés). El apartado de mayor interés del SPI para el sector de la iluminación es la propuesta relativa a un nuevo reglamento sobre diseño ecológico y productos sostenibles (ESPR).
Esta norma, según explican desde Anfalum y Lighting Europe, reemplazaría la actual Directiva de diseño ecológico con la que el sector está ampliamente familiarizado. “El ESPR exigirá todavía más a la industria de la iluminación”, afirman, ya que “recogerá requisitos específicos en relación con el ciclo de vida, la durabilidad, el uso del contenido reciclado, la reparabilidad y el uso de las materias primas”, explican desde estas organizaciones.
Se trata de normas específicas para productos en las que también se incluyen las soluciones de iluminación y que, en definitiva, buscan definir los requisitos de la iluminación de la próxima generación.
Pero el ESPR es “solo la punta del iceberg. Hay toda una serie de iniciativas de sostenibilidad en perspectiva y cada una de ellas tendrá un impacto directo en el sector de la iluminación”, señalan desde Anfalum, como único representante español de Lighting Europe, la patronal europea de este sector.
Entre estas iniciativas que están por llegar, ambas entidades hacen referencia a normativas que regularán el derecho a la reparación, la sostenibilidad en la construcción de los productos, la taxonomía verde europea y la contratación pública comunitaria. Además, Lighting Europe prevé que la CE revise y actualice reglamentos sobre residuos como el DMR y la directiva sobre RAEE.
Repercusión en el sector de la iluminación
“En primer lugar, las empresas deberán replantearse el diseño de sus productos. Además de ser eficientes desde el punto de vista energético y de cumplir los requisitos más recientes en materia de parámetros de calidad y etiquetado, los productos deberán estar diseñados de tal modo que puedan repararse y ofrezcan una mayor durabilidad”, explican desde Lighting Europe.
“Ambos requisitos -continúan- exigirán la disponibilidad de los recambios necesarios durante varios años. Mientras que este último punto podría abrir nuevas oportunidades y beneficios para los fabricantes de equipos originales, estos también deberán estar preparados para competir frente a otras empresas que produzcan y comercialicen dichos repuestos”.
“Es posible que las cifras de ventas sufran un descenso, no solo por la mayor durabilidad de los productos, sino porque también es muy probable que sus costes aumenten. En último término, serán los clientes quienes deberán amortiguar los gastos de la inversión adicional requerida para rediseñar los productos y procesos”, argumentan fuentes de Anfalum.
Por otro lado, el volumen de información que las empresas estarán obligadas a recopilar y a mantener a disposición crecerá de forma exponencial. Asimismo, LightingEurope prevé que la actual etiqueta energética evolucionará hacia una etiqueta de sostenibilidad que podría incluir también una clasificación relativa a la reparabilidad y una valoración del ciclo de vida.
Por último, Lighting Europe vaticina la implantación de un pasaporte digital de producto (DPP) que incluiría todas las sustancias que componen cada uno de los productos.