Dentro del documento programático común al que han llamado “Cambiar España: 50 pasos para gobernar juntos”. El Plan nacional de transición energética (PNTE) tiene como objetivo alcanzar un sistema energético totalmente descarbonizado para el año 2050.
Podemos e Izquierda Unida consideran la energía como uno de los aspectos fundamentales de su programa en común. Un Plan Nacional de Transición Energética (PNTE) es el primer punto de su documento programático titulado “Cambiar España: 50 pasos para gobernar juntos”, que está organizado en torno a cinco ejes temáticos: económico, social, político-institucional, medioambiental e internacional.
Este Plan Nacional de Transición Energética (PNTE) propuesto por esta coalición política, dentro del apartado “Democracia económica”, tiene como objetivo fundamental alcanzar un sistema energético totalmente descarbonizado para el año 2050, en consonancia con el acuerdo climático de París. Esta iniciativa estaría estructurada sobre dos pilares: un Plan Nacional de Ahorro Energético orientado a la reducción del consumo energético en edificios y cuya columna vertebral será la rehabilitación energética de viviendas y edificios de la Administración; y un Plan Nacional de Energías Renovables.
Dentro del PNTE se incluye la aprobación de una legislación del autoconsumo de modo que, en primer lugar, la energía autoconsumida instantáneamente quede libre de cualquier tipo de imposición; en segundo, la energía vertida al sistema eléctrico sea justamente retribuida por la empresa comercializadora; en tercer lugar, los trámites administrativos sean ágiles; y por último, se permitan instalaciones compartidas.
Podemos e Izquierda Unida proponer con este pacto una serie de medidas como:
- Una auditoría de la deuda acumulada por el déficit de tarifa y una auditoría de costes de todo el sistema (además, se reclamará ante la Justicia la cantidad cobrada en exceso por las eléctricas en concepto de Costes de Transición a la Competencia).
- El establecimiento de controles efectivos para impedir prácticas oligopólicas y específicamente la integración vertical.
- La modificación del marco regulatorio y del mercado eléctrico, de modo que todas las fuentes de generación de electricidad reciban una retribución basada en los costes reales de producción.
- La sustitución progresiva del uso de energías fósiles por energías renovables, garantizando en todo caso una transición justa de los empleos hacia nuevos sectores no contaminantes.
Más adelante, en el capítulo de Democracia Ambiental, este documento plantea también aprobar una Ley de Cambio Climático, que incorporará objetivos ambiciosos para 2030 con una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 55% como mínimo, una generación con energías renovables al menos del 45% y de reducción en el consumo de energía del 40 % respecto al año 1990.
