Así lo refleja el primer informe de indicadores del Observatorio de Comunidades Energéticas Energía Común. La cifra implica que el 4 % de los municipios españoles cuenta ya con una figura de este tipo.
En España se contabilizan un total de 353 comunidades energéticas, que experimentan un importante desarrollo en el país. Así lo refleja el primer informe de indicadores del Observatorio de Comunidades Energéticas Energía Común. La cifra implica que el 4 % de los municipios españoles cuenta ya con una figura de este tipo. En este caso, País Vasco y Navarra son las comunidades líderes.
El informe es una iniciativa desarrollada por ECODES con el apoyo de Redeia, operador global de infraestructuras esenciales de energía y telecomunicaciones, junto con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Se presentó el miércoles 12 de junio en una jornada inaugurada por Joan Groizard, director del IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía).
“Este primer informe nos ofrece una buena panorámica de dónde y de qué manera crece el mapa de las comunidades energéticas en España y, sobre todo, pone cifras a lo que ya es una evidencia: que la ciudadanía está haciendo suyo el cambio de modelo energético en España y reclama protagonismo en la transformación que propician las energías renovables y el autoconsumo compartido”.
Joan Groizard, director del IDAE.
En el texto, se repasan los avances que se han desarrollado en lo que refiere a legislación y desarrollo de programas de incentivos a lo largo del 2023. También “presenta los indicadores nacionales y autonómicos sobre aspectos legales, sociales, de financiación o participación sobre las comunidades energéticas en España“, destacan ECODES y Redeia.
Ambas organizaciones apuntan que es la primera edición de un estudio que se irá actualizando de manera anual con el fin de obtener “un análisis evolutivo de estos valores”. Así, se podrán “detectar las prácticas que contribuyen de forma más efectiva al avance de las comunidades energéticas y favorecerá su replicabilidad”.
“Cada iniciativa suma y las comunidades energéticas son una excelente manera de visibilizar cómo los ciudadanos se comprometen cada vez más con la transformación necesaria para afrontar una transición ecológica justa y en ser agentes activos del cambio. Apoyar esta iniciativa de la mano de ECODES está plenamente alineado con el propósito de Redeia“
Antonio Calvo Roy, director de Sostenibilidad de Redeia.
La pobreza energética, otro aspecto tenido en cuenta por el Observatorio de Energía Común
El Observatorio también integra otros aspectos: económicos, energéticos, sociales y de gobernanza. Uno de los hallazgos del informe en base a estos otros puntos a destacar tiene que ver con la pobreza energética, una situación a la que estas comunidades intentan dar solución. En este sentido, el 32 % atienden esta problemática o tienen planificado hacerlo.
Entre otras cuestiones, el informe recoge datos sobre la participación directiva en las juntas de gobierno de estas comunidades: sólo el 25 % cuenta al menos con un 50 % de mujeres en sus órganos directivos.
“Las comunidades energéticas son cruciales en el impulso de una transición ecológica eficiente en recursos y socialmente inclusiva. No solo empoderan a la ciudadanía para que asuma un papel activo en la gestión y producción de energía, sino que además crean nuevos ecosistemas de diálogo que reflejan una visión compartida de la sostenibilidad y redefinen el modo en que se conciben, generan y consumen los recursos”
Víctor Viñuales, director ejecutivo de ECODES.
La importancia de la visibilización
Durante la segunda parte de la jornada, ECODES ha presentado el informe Las comunidades energéticas como herramienta de transformación social, elaborado por la Universidad de Zaragoza y Diecisiete Coop, con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Con esto, se persigue visibilizar las propuestas más inspiradoras y transformadoras.
El texto es un estudio que ofrece un análisis de los diferentes modelos de comunidades energéticas existentes y establece, además, una propuesta de indicadores de impacto social con cuatro enfoques:
- justicia energética;
- democracia energética;
- comunidad, valores y narrativas;
- y capacitación de la comunidad.
