Recojo en este post la excelente información publicada por los expertos Sam Butler-Sloss y Kingsmill Bond del Rocky Mountain Institute, entidad sin ánimo de lucro fundada en 1982 encaminada a promover las energías limpias.
Todas las imágenes están extraídas de este documento.
1. La transición energética es una revolución tecnológica
La transición energética está impulsada por el crecimiento exponencial de las energías renovables y los cambios clave se producirán de aquí a 2030. En el centro de esa transición, se sitúa el hecho de que las tecnologías renovables son muy superiores a los combustibles fósiles.
La transición energética es el paso de un sistema energético concentrado, caro, contaminante, basado en materias primas, a un sistema eficiente, impulsado por la tecnología, que ofrece costes en continuo descenso y está disponible en todas partes. Es pasar de moléculas pesadas que arden a electrones ligeros; de cazar combustibles fósiles a cultivar el sol.
Como en anteriores cambios tecnológicos, se trata de una transformación, no de una mera sustitución. Como señala RethinkX, no se trata de pasar de una oruga marrón a una oruga verde, sino de pasar de una oruga a una mariposa, lo que implica una economía, unas geografías y unos vectores energéticos diferentes. Al igual que en anteriores cambios tecnológicos, la caída de los costes de lo nuevo deja obsoleto lo antiguo.
2. La revolución de las energías renovables es exponencial, no lineal
Cuando se trata de la revolución de las energías renovables, lo lineal es la percepción por defecto, pero lo exponencial es la realidad. El crecimiento de las nuevas tecnologías energéticas clave es exponencial. Así ha sido en el pasado y así seguirá siendo en un futuro previsible. Las empresas y los países tienen que actuar con rapidez, porque es difícil coger una curva exponencial por detrás.

3. La revolución de las energías renovables está liderada por China
En fabricación, despliegue y costes, China está muy por delante del resto del mundo. Como en anteriores cambios tecnológicos, hay un centro geográfico que difunde la tecnología superior por todo el mundo.
Si se quiere entender la difusión de Internet, se mira a Estados Unidos y se toma como modelo. Si se quiere entender la transición energética, se mira a China. El liderazgo de China crea una carrera competitiva que puede verse en las políticas promulgadas en otros países.

4. Esta es la década del cambio
La década de 2020 es la de la disrupción, en la que las ventas de tecnología renovable aceleran la curva en S. Si la transición energética fuera una novela, esta década sería su apoteosis.
El sistema energético es un sistema de reservas (la bañera) y flujos (el grifo sucio y el grifo limpio). A finales de la década, el grifo limpio estará lleno y el grifo sucio se estará secando. Las bombas de calor, los vehículos eléctricos, la energía solar y la eólica estarán todos cerca de la cima de sus curvas S de ventas. Una vez que el flujo del grifo esté limpio, el desagüe (o las tasas naturales de jubilación) arrastrará el sistema fósil en las décadas siguientes.

5. El debate será muy diferente en 2030
En 2030, las energías renovables dominarán las tecnologías de producción y consumo de energía. El premio verde será evidente. Las energías renovables baratas serán aún más baratas. La demanda de combustibles fósiles estará en claro declive. Las externalidades negativas de los combustibles fósiles se convertirán cada vez más en armas. Los impactos climáticos serán más visibles. En 2025, es difícil imaginar cómo será todo esto, por no hablar de modelizarlo en detalle.
Esto significa que debemos hacer todo lo posible por reducir nuestros horizontes temporales y centrarnos en acelerar el despliegue de las principales energías renovables. Cuatro tecnologías (solar, eólica, vehículos eléctricos y bombas de calor) en cuatro mercados (China, Estados Unidos, la Unión Europea e India) durante los próximos cuatro años, marcarán el rumbo. Mientras tanto, es vital que otros lugares y tecnologías sigan una senda similar.
