Ante el interés obvio por entender las causas del apagón del pasado 28 de abril, en este post aporto datos recogidos de este artículo, dado que su contenido está directamente relacionado con lo sucedido en nuestro sistema eléctrico ese fatídico día. Se está invocando la “fragilidad” e “inestabilidad” de las renovables como la posible causa del suceso.

A partir de los datos del artículo indicado, se puede demostrar que un sistema con fuerte presencia de energías renovables es tan seguro como otro en el que esa presencia sea minoritaria. Solo hay tres razones para que se produzcan los apagones:
- Eventos climáticos extremos.
- Error humano.
- Ataque informático a gran escala.
Los apagones ocurren solo cuando los elementos constitutivos de la red están dañados o mal administrados, ya sea 1, 2 o una combinación de ambos. El caso 3 sería otra situación que, en el momento de escribir este post, parece descartado como causa del apagón del 28 de abril, por lo que las razones 1 y 2 son las únicas que pueden explicar el apagón ibérico y todos los demás apagones conocidos hasta la fecha.
1. El singular caso de Australia Meridional
El estado de Australia Meridional tiene una red interconectada a escala de GW con la mayor penetración del mundo de energía solar, eólica y baterías y sin “carga base”, es decir, sin centrales nucleares, sin centrales hidroeléctricas y con escasa presencia de centrales de gas. Sin embargo, no tienen preocupación por tener una red vulnerable.

Australia Meridional tiene una gran cuota de energía eólica y solar, en promedio del 72 % durante 2024, que llegó a cerca del 90 % en el otoño, mucho más que cualquier otro estado de Australia y más que cualquier otra red a escala de GW del mundo. Los detractores de las energías renovables, sobre todo los que no entienden cómo funcionan las redes, suponen que eso significa que la red de Australia Meridional es débil y poco fiable. Pero eso no es cierto, y un informe del Australian Energy Market Operator (AEMO) sobre la “fortaleza del sistema” subraya por qué es así.
La resistencia del sistema es un elemento importante de la seguridad de la red y, según el informe mencionado, describe la capacidad del sistema eléctrico para mantener y controlar la forma de onda de la tensión en un valor determinado (es decir, la frecuencia), cuando la red funciona normalmente y, en especial, cuando tiene que hacer frente a una perturbación importante. Esa perturbación podría ser un fallo en la red, debido a un incendio, una tormenta, la caída de árboles o una desconexión de un generador, un evento cada vez más frecuente dada la antigüedad de las centrales de carbón de Australia o las elevadas temperaturas estivales.
Si se produce un déficit en la capacidad del sistema, se ve obstaculizada la capacidad de la red para recuperarse de la perturbación, lo que aumenta el riesgo de cortes más amplios y prolongados. El informe sobre la potencia del sistema para 2024 de la AEMO, publicado a principios de diciembre de 2024, revela que existen posibles déficits en la potencia del sistema en todos los estados que componen la red principal del país, conocida como el Mercado Nacional de Electricidad. La única excepción es Australia Meridional. El informe dice:
“Se prevé que todas las regiones, excepto Australia Meridional, experimenten déficits de potencia del sistema durante los próximos tres años, a menos que se realicen inversiones o se presten servicios adecuados”.
La razón es relativamente sencilla. Australia Meridional cerró su última central térmica de carbón en 2016 y, a pesar de contar con varias centrales de gas, se trata en su mayoría de “centrales de punta” que funcionan en raras ocasiones o a tiempo parcial. Australia Meridional no cuenta con energía de carga base, es decir, no tiene centrales nucleares ni hidroeléctricas. Esto no ha afectado a la fiabilidad energética ni a la seguridad energética.
La AEMO y los propietarios de la red local ya han tomado medidas para instalar condensadores síncronos, unas máquinas giratorias que no queman combustible, que funcionan como un generador, pero sin estar conectados a un motor primario que los accionen. Su principal función es regular la tensión en la red eléctrica y compensar la energía reactiva, mejorando la estabilidad del sistema, al solucionar los problemas de sincronismo que se han invocado como una de las posibles causas del apagón sucedido en nuestro país.
Con el tiempo, el almacenamiento en baterías también podrá proporcionar el control del sincronismo con sus inversores formadores de red (Grid Forming).

Otros estados de Australia, y del resto del mundo, siguen lidiando con la magnitud y la urgencia de la transición energética, que implica realizar la sustitución de los generadores basados en combustibles fósiles a las energías eólica, solar y almacenamiento.
Este no es el caso de Australia Meridional, que ya ha hecho el trabajo, lo que explica por qué ahora se considera una de las redes más seguras y fiables del país y, de paso, del mundo. Al igual que otra potencia en energías renovables, Alemania, donde el factor de fiabilidad es del 99,997 %.
2. ¿Conclusiones?
Imagino que nuestra compañía Red Eléctrica es consciente de todo esto. Nuestra red depende en un porcentaje elevado de la potencia instalada en generación fotovoltaica (25,8 %) y eólica (25,5 %), por lo que tiene que hacer frente a suministros de energía variables, pero estos son, en gran medida, predecibles.
El “Cisne Negro” ocurrido el pasado 28 de abril no hay que buscarlo en las renovables, como muchos “expertos” ya sentenciaban al día siguiente. Por cierto, esos “expertos” hace cinco años eran expertos virólogos; hace cuatro, expertos vulcanólogos y, hace un mes, expertos en cónclaves vaticanos. Seguiremos aguantando su “sabiduría”, qué remedio…
Por dar un toque final de optimismo, termino este post con la portada del The New York Times del pasado 3 de mayo:
