Iberdrola acaba de anunciar el nuevo nombre con el que a partir de ahora desarrollará su actividad de distribución eléctrica en España: “i-DE”. Su filial, denominada hasta la fecha ‘Iberdrola Distribución Eléctrica’, pasará a llamarse ‘i-DE, Redes Eléctricas Inteligentes’.
i-DE cuenta con más de 11 millones de puntos de conexión, gestiona 270.000 kilómetros de líneas eléctricas digitalizadas y opera en 10 Comunidades Autónomas de nuestro país.
Asimismo, y en palabras de la compañía, su implantación responde a un triple objetivo: “la mejora del servicio (calidad de suministro y mejora de la atención), el cuidado del entorno (protección de la fauna y la biodiversidad) y la transición energética, favoreciendo la integración de más renovables, así como la movilidad sostenible, las ciudades inteligentes y el consumo descentralizado, mediante el uso de redes inteligentes”.
Para Antonio Espinosa de los Monteros, Consejero Delegado de i-DE, “la transformación de las redes hacia una infraestructura inteligente, más fiable y segura está situando a los consumidores en el centro de nuestra actividad, dotándoles de mayor capacidad de decisión y conectividad”.
De hecho, este cambio de nombre de la filial de Iberdrola podría responder a la decisión tomada por la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) el pasado septiembre, en la que ésta instaba a las empresas distribuidoras de gas y electricidad, y comercializadoras de referencia, a cambiar su imagen de marca y que así los consumidores identifiquen claramente a cada compañía.
Inversión, digitalización y renovables
En el marco del lanzamiento de la marca, Iberdrola ha aprovechado para hacer pública su inversión en redes inteligentes: “En 2018, invertimos en el negocio de distribución casi 500 millones de euros en el país y prevemos destinar durante el periodo 2018-2022 casi 2.000 millones de euros a la mejora de la calidad de servicio, nuevas conexiones de suministro y de generación renovable y la digitalización de la red”.
De lo Monteros equipara a estas redes con “el sistema circulatorio del nuevo modelo energético y la plataforma necesaria para la transición hacia una economía descarbonizada, basada en energías renovables. Liderar esta transición y hacerla posible requiere de un marco retributivo que fomente la calidad y la eficiencia, incentive la digitalización y promueva la innovación”.
Por su parte, Iberdrola también recuerda que “su actividad de redes de distribución contempla la planificación, construcción, y mantenimiento de las líneas eléctricas, subestaciones, centros de transformación y otras infraestructuras, así como la operación de ese sistema para distribuir la energía de forma eficiente entre los diversos agentes que la producen y consumen”.