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Matrimonio instalador de conveniencia

Por Miguel Ángel Jiménez

La tradicional separación de los distintos colectivos de empresas instaladoras parece que tiene los días contados. FENIE y CONAIF han sentado las bases para constituir una única organización de instaladores en el plazo de dos años; así lo hicieron público el pasado 14 de julio en un acto formal celebrado en la sede de CONFEMETAL en Madrid. Se trata de una demanda largamente esperada desde distintas instancias, sobre todo por lo que supone de capacidad de interlocución con las Administraciones Públicas; hay que resaltar que ambas federaciones sumarían más de 35.000 miembros y más de 200.000 trabajadores, lo que supone el 87 % del sector en España y un volumen anual de negocio superior a los 11.500 millones de euros. No son cifras despreciables.

Podríamos decir que los intereses comunes de ambas entidades en numerosos aspectos ha hecho posible este matrimonio de conveniencia, que vivirá un noviazgo de dos años –periodo que han previsto en este plan– en el que ambos miembros de la pareja irán conociéndose, tratándose y aprendiendo los matices de cada uno. La “boda” está fijada para principios de 2018, momento en que nacerá una nueva organización empresarial con una nueva denominación.

Jaume Fornés, presidente de FENIE, cumple así la voluntad expresada a este periodista en una entrevista realizada a principios de año, en la que explicaba que el futuro del sector pasaba “por crear una gran federación industrial que abarcara los campos de las instalaciones eléctricas, calefacción y gas, climatización y telecomunicaciones”. Es una propuesta que tiene todo el sentido y coadyuvaría a una mejor consideración de la profesión y a potenciar su papel de lobby para negociar con las diferentes instituciones y defender de la mejor manera posible los intereses del instalador. Faltaría en esta ecuación que se pudiera adherir FENITEL,  organización con la que Fornés mantiene una óptima colaboración.

Además, esta operación responde a la tendencia cada vez más acusada, y que he reflejado en varias ocasiones en este blog, de la creciente integración de las distintas modalidades de instalaciones en la misma empresa: eléctricas, calefacción y gas, climatización, alarmas y seguridad, telecomunicaciones, creando una figura ya denominada integrador o asesor tecnológico. De hecho, en varias provincias y regiones, la asociación de instaladores integra todas estas especialidades, como ocurre en  los gremios de Cataluña, en Sevilla, Gipuzkoa y Mallorca, por nombrar algunas.

Así, una vez formalizado el compromiso, de aquí a comienzos de 2018 se abre el tiempo de noviazgo, como hemos dicho, en el que a lo largo del cortejo abundarán las confidencias e irá cuajando la confianza mutua; quizás, incluso, pueda surgir el amor entre ambos. No sabemos, como ocurría en tiempos pretéritos, si habrá alguien que quiera ejercer de carabina para vigilar que los novios no traspasen los límites de la recta moral y las buenas costumbres; aunque estamos seguros de que esta unión culminará con éxito, a pesar de las dificultades que puedan surgir.

Será un final feliz, un poco a la manera de la simpática comedia “Un matrimonio de conveniencia” (The green card, en inglés), dirigida por el australiano Peter Weir e interpretada por Gerard Depardieu y Andie MacDowell. Y lo siento, pero he vuelto otra vez a la actriz norteamericana, como me ocurrió en la anterior entrada de este blog, es lo que tienen las querencias.

¡Que disfruten de unas felices vacaciones! Nos vemos en septiembre.

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