En las últimas semanas, se han producido distintos incendios en los que se han visto implicadas instalaciones fotovoltaicas de diferente tipología. Afortunadamente, no han causado daños personales, pero sí importantes daños materiales y medioambientales y, lo que pude ser peor, un run run en la opinión pública acerca de la seguridad de este tipo de soluciones energéticas.
También es mi caso. Y es que estos hechos me han despertado el interés por conocer qué ha ocurrido, si son eventos puntuales o, por el contrario, más habituales de lo que podemos imaginar, cuáles han podido ser las causas y, obviamente, cuáles pueden ser los remedios o soluciones.
También me hace reflexionar sobre cómo gestiona la comunicación el sector en este sentido: ¿Qué mensaje percibe la opinión pública -el ciudadano de a pie- cuando, en poco menos de dos semanas, escuchan, ven o leen noticias sobre tres incendios fotovoltaicos? Si a la situación de ajuste comercial -debido a los distintos factores que todos conocemos- que está viviendo la industria fotovoltaica en España, se suma ahora una comunicación poco eficaz que no consiga trasladar mensajes de seguridad a los potenciales clientes, estaríamos alimentando la tormenta perfecta.
¿Estamos llenando nuestros tejados y campos de bombas de relojería que pueden provocar una catástrofe en cualquier momento? Evidentemente, la respuesta es un rotundo NO. La fotovoltaica es una tecnología absolutamente segura en la que debe apoyarse, junto a otras tecnologías, la estrategia de descarbonización y electrificación de la sociedad, de la industria y del planeta.
No todo vale en la fotovoltaica
Para conseguir y contribuir a su desarrollo y despliegue definitivo, la industria eléctrica, en general, y la fotovoltaica, en particular, debe ser el principal garante de que lo que se haga, se haga bien. Debe ser la primera en asumir, más allá de las normativas y requisitos técnicos, homologaciones y demás -que doy por descontadas-, el papel de vigilante, supervisor y autoexigirse el cumplimiento de todos aquellos procedimientos que sean necesarios para que el despliegue de la fotovoltaica no forme parte de la sección de sucesos de los informativos.
En esta línea, toda la cadena de valor que interviene en cada instalación fotovoltaica, sea residencial, comercial, industrial o una granja solar, debe realizarse unas cuantas preguntas:
- ¿Se planifican las instalaciones adecuadamente?
- ¿Utilizamos materiales y equipos de calidad?
- ¿Quién está realizando este tipo de instalaciones?
- ¿Cuentan los instaladores con los conocimientos y cualificaciones necesarias para llevar a cabo este tipo de trabajos?
- ¿Se realiza una labor de mantenimiento de esa instalación?
No soy capaz de responder a todos estos interrogantes, así que he recurrido a preguntar a los que sí saben, como Irene Real, responsable de autoconsumo de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF); Miguel Ángel Gómez, presidente de la Federación Nacional de Empresas de Instalaciones Eléctricas, Telecomunicaciones y Climatización de España (FENIE); y Antonio Molina, director técnico y de desarrollo de productos de la empresa Extinción Contra Incendios y Seguridad (Extincise). Les estoy enormemente agradecido por su tiempo y por compartir sus conocimientos en esta materia.
Unos datos básicos
En lo que mis tres “asesores” coinciden, y a lo que me sumo completamente, es que las instalaciones eléctricas -y las fotovoltaicas- en nuestro país son seguras. Lamentablemente, esto no nos libra de que podamos encontrar una instalación realizada por algún cuñado (que pone en riesgo la seguridad de personas y cosas materiales, además de la reputación de los profesionales), pero sería, en todo caso, la excepción que confirma la regla.
Como me traslada Miguel Ángel Gómez, presidente de FENIE, “debemos seguir trasladando la importancia (obligación) de que la instalación esté sujeta a los requerimientos técnicos y, por tanto, sea una instalación ejecutada por una empresa instaladora habilitada (principalmente para las pequeñas instalaciones) porque, para los casos de grandes plantas, el control es mayor”. La verdad es que me sorprende, y esto lo digo yo, que a estas alturas de la vida tengamos que seguir recordando que las instalaciones eléctricas deben ser realizadas por profesionales. En fin, si hay gente que se somete a operaciones de estética en peluquerías, qué vamos a esperar.
En cuanto a si los incendios en fotovoltaica son casos aislados o no, Irene Real, responsable de autoconsumo de UNEF, comparte conmigo datos extraídos de conversaciones con Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y con Bombers de la Generalitat (Cataluña). La incidencia de este tipo de siniestros es mínima: dos intervenciones en Madrid capital en lo que va de año y tres intervenciones en naves industriales, en el caso de los Bombers.
Teniendo en cuenta que, según el Informe sobre las conclusiones de la mesa de diálogo de autoconsumo (publicado por la CNMV el pasado 11 de julio de 2024), en España contamos con un total de 528.773 instalaciones fotovoltaicas, dos y tres intervenciones de bomberos en Madrid y Barcelona en lo que va de año son, efectivamente, indicadores meramente testimoniales.
Pero mi buen amigo, y también bloguero de este medio, Antonio Molina, director técnico y de desarrollo de productos de Extincise, aporta un dato muy interesante extraído de la tesis doctoral de Jens Steemann, quien establece una frecuencia anual de 29 incendios por gigavatio (GW) instalado. Si lo extrapolamos a la Unión Europea, supondría una incidencia de 9.280 incendios en 2025 y de casi el doble (17.400) en 2030.
Las causas de los incendios en instalaciones fotovoltaicas
Respecto a las causas que pueden provocar incendios en instalaciones fotovoltaicas, según los datos que Molina comparte conmigo, encontramos las siguientes:
- 37 % – Errores en la instalación o instalaciones defectuosas.
- 35 % – Producto defectuoso.
- 18 % – Fallos de diseño y planificación.
- 10 % – Factores externos.
Y, en cuanto a componentes o productos más propensos a iniciar el incendio, los principales causantes son, por este orden, los inversores, las cajas de conexión y las conexiones con terminales de tornillo.
Lo bueno de todo esto es que, si tenemos identificados los puntos débiles, tenemos la capacidad de subsanarlos o minimizarlos, tal y como me remachan a su vez desde FENIE y UNEF, respectivamente.
Las claves para evitar siniestros
El grupo de trabajo de UNEF destaca las siguientes claves a tener en cuenta para evitar siniestros en fotovoltaica:
- Reforzar la formación de los profesionales dedicados a diseño, instalación, personal de mantenimiento y bomberos.
- Utilizar materiales de calidad y buena selección de componentes.
- Diseño y montaje adecuado de la instalación.
- Realizar un mantenimiento periódico de las instalaciones.
Precisamente, la palabra mantenimiento la repiten todos los profesionales con los que he hablado. Sobre este punto, FENIE reitera la importancia de que los reglamentos contengan obligaciones de mantenimiento, algo en lo que la Federación está trabajando, tal y como se ha expuesto en las Jornadas FENIE Pro: Rumbo a la electrificación que organizamos desde este medio, para que esta condición se cubra a través de los contratos de mantenimiento suscritos por empresas instaladoras eléctricas habilitadas.
Asimismo, FENIE expone la importancia de reforzar las labores de inspección por parte de los órganos competentes de las comunidades autónomas. Es decir, que se destinen recursos a la administración para que puedan desarrollar planes de inspección periódicos a nivel autonómico del parque de instalaciones existentes, conforme se establece en los reglamentos.
Manual de buenas prácticas
Sensibles a todos estos asuntos, Irene me traslada que desde UNEF van a elaborar un manual de buenas prácticas para prevenir, y en caso de que se produzca el siniestro, reducir las causas de este tipo de incendios, donde se contemplará lo siguiente:
–Estudio de la cubierta:
- Diferenciar entre cubierta plana (estanqueidad del agua) e inclinada.
- Estudio de los materiales (materiales no combustibles).
- Estudio de las cargas mecánicas. Tener en cuenta el peso del personal de mantenimiento y bomberos, aparte de las cargas estáticas.
–Diseño de la instalación:
- Proporcionar pasillos técnicos (distancia entre paneles).
- Accesos seguros a la instalación.
- Señalización del cableado y las protecciones.
Sin duda, son muchas las oportunidades que la fotovoltaica va a traer al sector eléctrico, aunque todo ello debe realizarse aplicando con rigor todas las medidas que sean necesarias en pro de asegurar la calidad, durabilidad y comportamiento de todas y cada una de las instalaciones que se realicen.
Por cierto, me despido de todos vosotros hasta septiembre. Os deseo un feliz mes de agosto. Soleado, claro 😉