Además, 8 de cada 10 rehabilitaciones no contemplan la descarbonización en la vivienda. Así lo refleja el Informe OREVE 2025, presentado a los medios de comunicación este 21 de octubre en la sede del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE).
El Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) y el Observatorio de la Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda en España (OREVE) han presentado ante los medios el Informe OREVE 2025. La descarbonización del sector residencial en España: el papel de la instalación eléctrica en la vivienda. La visión de los expertos en la rehabilitación, en un acto conducido por Juan López-Asiain Martínez, director del Gabinete Técnico del CGATE, y Óscar Querol, director general de la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AFME).
El estudio, elaborado a partir de una encuesta nacional a arquitectos técnicos, incorpora por primera vez la visión de estos profesionales, ampliando así el enfoque del informe anterior, centrado en los propietarios. El objetivo es conocer hasta qué punto la rehabilitación residencial en España está alineada con los objetivos de eficiencia, seguridad y descarbonización marcados por la Unión Europea.
Instalación eléctrica, la gran olvidada de la rehabilitación
Según los datos que se extraen del estudio, el 60 % de las viviendas rehabilitadas en España necesita intervenir su instalación eléctrica, pero solo uno de cada tres propietarios está dispuesto a invertir en ello. Esta brecha, según OREVE y CGATE, evidencia una percepción distorsionada del propietario, que tiende a pensar que “mientras la instalación funciona, no hay necesidad de actuar”, explicaba Juan López-Asiain.
Asimismo, el informe subraya que esta falta de intervención supone riesgos para la seguridad, limitaciones para electrificar nuevos usos energéticos (como la movilidad eléctrica, el autoconsumo o la climatización eficiente) y mayores costes a futuro.
En palabras de Óscar Querol: “Sin una instalación eléctrica actualizada y segura, la descarbonización del parque residencial es inviable”. Además, recordó que “los objetivos macros que tenemos como país no se priorizan: ocho de cada diez rehabilitaciones no contemplan la descarbonización”.
Tal y como recoge el estudio, el coste medio de renovar una instalación eléctrica en una vivienda de 100 metros cuadrados ronda los 8.000 a 9.000 euros, cerca del 10 % u 11 % del presupuesto total de una rehabilitación integral. Se trata de una inversión que muchos propietarios no prevén y acaban posponiendo.
Por su parte, OREVE y CGATE lanzan algunas recomendaciones entre las que destacan destinar al menos un 10 % de las ayudas públicas a la actualización eléctrica y reforzar la información y normativa en torno a estas actuaciones. En el caso de los técnicos, estos señalan la “invisibilidad” de la instalación eléctrica supone un obstáculo estructural puesto que, al no ser un elemento visible, suele quedar relegada frente a reformas de carácter estético.
Rehabilitación centrada en la estética y ajena a la eficiencia energética
El documento confirma la gran divergencia entre lo que los propietarios demandan y lo que las viviendas realmente necesitan: solo en el 15 % de las rehabilitaciones coinciden ambas visiones. La mayoría de los proyectos se centra en reformas estéticas (baños, cocinas, carpinterías), mientras que actuaciones clave como el aislamiento, la climatización o la actualización eléctrica se sitúan en posiciones secundarias.
Para Juan López-Asiain, esta brecha “pone de manifiesto la falta de información técnica del ciudadano”. De hecho, más del 50 % de los compradores desconoce el estado real del inmueble y de sus instalaciones en el momento de la compraventa. Atendiendo a este contexto, tanto CGATE como OREVE proponen exigir un informe técnico previo en las compraventas de vivienda usada, que detalle el estado de las instalaciones y sirva de base para futuras rehabilitaciones.
Transición energética y electrificación, el reto del parque residencial
El informe alerta de que el 40 % del consumo energético residencial español aún depende de combustibles fósiles. Sin embargo, el proceso de electrificación (que abarca desde la climatización eficiente y la aerotermia hasta la movilidad eléctrica o el autoconsumo) requiere instalaciones eléctricas adaptadas, seguras y dimensionadas para los nuevos usos.
Aunque el 70 % de los profesionales considera importante incluir criterios de descarbonización en la rehabilitación, solo un 31 % los prioriza activamente. “La electrificación es la vía principal de la transición energética en la vivienda”, destaca López-Asiain. Asimismo, el director del Gabinete Técnico del CGATE insistió en que “todo funciona, pero una cosa es que funcione y otra que lo haga con la seguridad que debe”.
Propuestas y avance del Informe 2026
El estudio, disponible online para su descarga y consulta, concluye con una batería de propuestas dirigidas a administraciones, profesionales y ciudadanía. Entre ellas, OREVE y CGATE destacan las siguientes:
- Simplificar y agilizar las ayudas públicas.
- Incluir la instalación eléctrica en las líneas de ayuda (mínimo 10 %).
- Exigir informes técnicos en compraventas de vivienda usada.
- Implantar inspecciones periódicas de instalaciones eléctricas.
- Impulsar campañas de sensibilización centradas en la seguridad, el confort y la revalorización del hogar.
Por último, ambos ponentes avanzaron que el Informe OREVE 2026 profundizará en si el estado de las instalaciones eléctricas constituye una barrera real para la descarbonización de los edificios, una cuestión que ya suscita el interés de la Administración, aseguraron.