Desaceleración, ralentización, debilitamiento… No importa el término que utilicemos. Lo que se ha constatado en lo que llevamos de 2023 es que el autoconsumo residencial ha frenado su crecimiento respecto a las espectaculares cifras del pasado año. Ya ha quedado reflejado que 2022 fue un ejercicio excelente para esta modalidad de autogeneración, con un incremento del volumen de instalaciones del 108 % en comparación con 2021, según datos de UNEF.
En tan solo cuatro años España ha sido capaz de multiplicar por 26 la potencia instalada de autoconsumo, hasta alcanzar los 2.649 MW en 2022, pusieron de relieve también desde APPA Renovables.
Los altos costes de la electricidad y las ayudas que vendrían de los fondos europeos constituyeron las principales causas detrás de este gran incremento en el autoconsumo doméstico. Los ciudadanos querían reducir su recibo de la luz. Y si, además, lo hacían con energía limpia, mejor todavía, pues contribuían a reducir las emisiones de CO2. El prurito de la conciencia medioambiental.
Electricidad más barata y crédito más caro
Pero el escenario ha cambiado este año, de manera inesperada. En primer lugar, la bajada del precio de la electricidad (en parte por la “excepción ibérica”) ha quitado peso a esta motivación. Los usuarios no han percibido esta urgencia en invertir en autoconsumo para rebajar la factura eléctrica.
En segundo lugar, y muy importante, la inflación y el encarecimiento del crédito ha mermado la capacidad adquisitiva de las familias españolas. A mediados de septiembre, el Banco Central Europeo subió los tipos de interés hasta el 4,5 %. Ello también ha desalentado a muchos para invertir en una instalación de autoconsumo.
Otro elemento disuasorio ha sido la lentitud en la tramitación burocrática de las subvenciones que vendrían con los fondos europeos. La mayoría de las comunidades autónomas, salvo algunas excepciones, no están siendo diligentes a la hora de entregar estas ayudas públicas. Además, muchas de ellas adolecen de falta de personal para estas tareas. Se ve que el dinero se destina a otras cosas.
En este contexto, expertos del sector eléctrico consultados estiman que en 2023 se producirá una caída en torno al 50 % en las instalaciones residenciales respecto al año pasado.
Expectativas desmesuradas
Estas condiciones han generado muchos problemas a empresas, especialmente con una trayectoria más corta en el mercado. Firmas que surgieron al calor de esta ola del autoconsumo. Crecimientos muy rápidos en los últimos años han desembocado en caídas de ingresos y previsiones incumplidas. EiDF Solar y Solarprofit son nombres que han salido a la luz pública en las últimas semanas, compañías que están atravesando dificultades en su modelo de negocio.
En concreto, Solarprofit presentó hace pocas semanas un ERE para el 30% de su plantilla. La compañía definió muy bien las causas de su decisión: debilidad en la demanda de instalaciones del segmento residencial, que provocó en 2023 menores ingresos respecto a lo previsto, “en conjunción con una estructura de costes de la sociedad diseñada y preparada para un nivel de actividad muy superior”. Expectativas a lo grande que se han quedado truncadas.
De todas formas, es difícil que un mercado crezca un año tras otro al 100 % de manera sostenible. Más tarde o más temprano llegará la estabilización, que podrá ser más o menos brusca. Es lo que tienen las burbujas.
Depuración en el mercado de autoconsumo
En mi opinión, esta desaceleración del autoconsumo residencial (el segmento industrial se muestra con más fortaleza y mayor potencial) puede beneficiar al sector de material eléctrico, tanto al canal de la distribución como al colectivo instalador.
Este ajuste en la evolución del autoconsumo podría actuar como una especie de depuración. En lo que respecta a los instaladores, se podría poner más énfasis en la calidad de las instalaciones realizadas y defender mejores prácticas en este sentido. Sobre todo porque en este crecimiento efervescente a veces la calidad no ha sido la prioridad. Un factor más para apostar por profesionales acreditados y por equipos de la máxima calidad y eficiencia.
En cuanto a la distribución, las empresas del canal pueden proporcionar todo los servicios y elementos alrededor de la instalación de autoconsumo, como una solución global. Mientras que, muchas veces, la firma especialista no dispone o no tiene capacidad para ofrecer estos servicios. A esto se une el que las empresas distribuidoras suelen contar con equipos de expertos que dan soporte al instalador. Además, aportan financiación si es necesario.
Aunque existen algunas sombras. El distribuidor acopió en su momento material (paneles solares, inversores) a precios más caros que los de ahora. La realidad del mercado hoy en día es otra. Habrá que liberar ese stock de manera equilibrada y con las menores pérdidas. Las empresas se juegan aquí buena parte de los resultados del ejercicio.
El tramo final del año se aventura complicado. Se prevé cierto decrecimiento en el sector de material eléctrico, sobre todo en los proyectos de renovables. El panorama político tampoco ayuda con la posibilidad de una repetición de las elecciones.
Espero vuestros comentarios. ¡¡Que tengáis una buena semana!!
Actualmente los paneles FV NO salen rentables en una instalación doméstica.
(amortización a 8-10 años!)
Las causas por orden:
– FIN de las SUBVENCIONES next generation
– Ayuntamientos sin o con pocas ayudas
– Bajada precio de Energía
– Encarecimiento créditos