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Batería de flujo de vanadio de 10 kW. Fuente: CSIC.
Batería de flujo de vanadio de 10 kW. Fuente: CSIC.

El CSIC desarrolla una batería de vanadio que almacena energía eléctrica para el autoconsumo

Por Javier Espada
Esta batería de vanadio puede satisfacer las necesidades de autoconsumo energético residencial en viviendas aisladas y pequeñas comunidades de vecinos. Además, es un primer paso para desarrollar una segunda batería de 50 kW que permitirá extender esta tecnología al sector industrial.

Una batería de flujo de vanadio de 10 kilovatios que funciona como sistema de almacenamiento de energía eléctrica a gran escala y que está dirigido especialmente a las energías renovables. Es el proyecto que ha diseñado un equipo de investigadores del CSIC y que puede utilizarse para almacenar energía eléctrica con el fin de cubrir las necesidades de autoconsumo

El desarrollo de este sistema es un primer paso para desarrollar una batería de 50 kilovatios que permitirá extender el uso de esta tecnología al sector industrial. El objetivo es alcanzar una mayor integración de las energías renovables, superar los problemas de interminencia y acelerar la transición energética. 

En estas baterías de flujo redox, la energía se almacena en electrolitos, que contienen las especies de vanadio electroactivas. Estos electrolitos se encuentran en tanques externos y fluyen a través de la acción que realizan las bombas hidáulicas por el interior de las celdas de la batería. 

La versatilidad de estos sistemas es una de sus principales ventajas. La potencia y la energía se pueden configurar de forma independiente mediante el aumento de la superficie activa de los electrodos, el número de celdas y el volumen de electrolito. Además, tienen un ciclo de vida largo que puede superar los 20 años, lo que las convierte en “excelentes candidatas” para aplicaciones estacionarias y de uso intensivo. 

Autoconsumo 

Este prototipo diseñado por el CSIC podría cubrir las crecientes necesidades de autoconsumo energético residencial tanto en viviendas aisladas como en pequeñas comunidades de vecinos, o incluso para pequeños consumidores comerciales. 

Sin embargo, el objetivo final del proyecto es validar el prototipo de 50 kW conectándolo a una planta de generación de energía renovable, como puede ser un campo solar. Para ello, se ha desarrollado una microrred inteligente en el LIFTEC, formada por la batería de flujo de 10 kW, un campo solar y varias cargas, y fuentes programables que permiten simular diferentes consumos.

Tal y como indica Félix Barreras, el investigador que ha liderado el proyecto, “esta instalación permitirá estudiar casos realistas según las necesidades del mercado, con una arquitectura de potencia modular que permite el uso de la batería en modo aislado o conectada a red, ya sea en corriente alterna como en continua”.

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