Durante el domingo 21 de julio, medios terrestres trabajaron desde primera hora de la mañana en la superficie afectada con la intención de refrescar la zona e impedir que el fuego volviera a emerger de posibles rescoldos. El Área de Material Eléctrico aborda la situación con Antonio Molina, Químico Industrial e Ingeniero Químico por la Universidad de Murcia y bloguero de este medio.
A las 14:28 horas del sábado 20 de julio se originó un incendio en una planta fotovoltaica ubicada en Talaván (Cáceres) y, para las 16:30 horas, Infoex (Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Extremadura) ya había activado el nivel 1 de peligrosidad debido a su magnitud. El detonante del siniestro aún se desconoce.
Por la noche, y después de calcinar un total de 870 hectáreas de pasto, el nivel de peligrosidad fue desactivado y el fuego, estabilizado. Durante el domingo, medios terrestres trabajaron desde primera hora de la mañana en la superficie afectada con la intención de refrescar la zona e impedir que el fuego volviera a emerger de posibles rescoldos.
95 efectivos para sofocar el incendio en Talaván, Cáceres
El fuego llegó a expandirse hasta quedarse a tres kilómetros de distancia de la localidad de Monroy. Esa tarde el Centro Coordinador de Emergencias 112 Extremadura recibió unas 80 llamadas de personas alertando de las llamas y la columna de humo.
La Junta de Extremadura activó la situación operativa 1 del Plan Especial de Protección Civil ante Incendios Forestales de la Comunidad Autonóma de Extremadura (Infocaex). Esta actuación operativa se aplica cuando el incendio supone una situación de riesgo para personas, bienes y medio ambiente. Así lo informaron desde la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural.
Un total de 95 efectivos acudieron al lugar tratando de sofocar el fuego, entre los que se encontraban siete brigadas de bomberos de tierra, cuatro de bomberos aéreos, 12 unidades de medios aéreos, tres unidades de maquinaria pesada, tres agentes del medio natural y cinco técnicos de Infoex.
Así lo expusieron los compañeros de El Periódico Extremadura, quienes apuntaron que a ellos se sumaban Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), dos ambulancias, dos vehículos 4×4 y un furgón de avituallamiento de Cruz Roja, dos patrullas de Seguridad Ciudadana y una del Seprona, Guardia Civil y siete unidades del SEPEI de Cáceres.
En el último informe hecho público por la Junta, hacia las 22.00 horas de la noche del sábado, la comitiva se redujo a 50. Siete unidades de tierra, tres equipos de maquinaria pesada, cuatro medios aéreos, tres agentes del medio natural, cinco técnicos, dos ambulancias de Cruz Roja y tres unidades del Sepei de Cáceres.
¿Qué hacer ante este tipo de situaciones?
Desde el Área de Material Eléctrico de C de Comunicación abordamos la situación con Antonio Molina, Químico Industrial e Ingeniero Químico por la Universidad de Murcia y bloguero de este medio. En este sentido, nos recuerda que por el momento la causa del incendio es desconocida y ofrece algunas medidas de actuación en este tipo de casos. Hace dos distinciones.
Si se tratara de un acto vandálico, este tipo de plantas fotovoltaicas en un ámbito forestal, debería “tener algún tipo de protección de vigilancia“. Es decir, supervisión a través de cámaras, por ejemplo. De esta forma, se podría “minimizar el daño o activar antes el protocolo de emergencia”. Aunque en este caso parece que funcionó adecuadamente el mismo.
En el segundo caso, imaginemos que la causa no es vandálica, sino que es asociada a la propia instalación fotovoltaica, por fallo o deterioro, por ejemplo. Aquí se abren varias fases o niveles de actuación:
Cuatro niveles de actuación
1.- Preventiva, cómo prevenir esos incendios. Ante un escenario especial tenemos que plantearnos qué medidas preventivas y medios existen y se pueden utilizar. Entre ellos podemos hablar de:
- Dispositivos que sirven para el monitoreo y la identificación predictiva de anomalías o fallas en el sistema fotovoltaico.
- Drones y robots que realizan la inspección y detección de fallas mediante cámaras térmicas u otras técnicas.
- Análisis y detección de microfisuras con electroluminiscencia y examen microscópico
- Productos para aislar un evento térmico en los conectores mc4 y evitar que se propague o produzca el incendio.
2.- Fase de extinción del incendio y limitación del desarrollo y propagación. En esta ya se ha producido un incendio en una zona y no queremos que se propague. “Esas zonas son conectores, caja de conexión, inversores y cajas de strings. Deberíamos priorizar esa situación, detectando y extinguiendo los incendios en sus fases iniciales, pues aún están fase de conato y podemos atacar”.
Entre las medidas y medios de extinción o protección, Antonio Molina destaca las siguientes:
- Origin Fire, un nuevo dispositivo no invasivo de detección y extinción de incendios para inversores centralizados, combiner box, cajas, etc.
- PVStop. Que evita la propagación e ignifuga la superficie proyectada, elimina los arcos, desenergiza y crea una zona segura para intervenir o extinguir eficazmente sin riesgo eléctrico.
Por otro lado también debemos evitar la propagación de dicho incendio a través de cableado, material combustible, etc., con medidas como: cableado resistente al fuego, gestión de cableado correcta, desbroces, limpiezas, etc.
“No tiene sentido tener puntos críticos al lado de masa arbórea por ejemplo, porque si se produce un incendio se va a propagar. Esa propagación queremos limitarla para que no pase al bosque, o los cultivos… En este sentido podemos realizar medidas de limpieza, etc”, completa.
3.- Fase de actuación en la interfaz fotovoltaica forestal. La instalación fotovoltaica arde, junto con lo que tiene a su alrededor. Ahora se busca que no pase a otras zonas como un bosque. Las medidas generales son la gestión de combustibles para reducir la cantidad de material inflamable, zonas de amortiguamiento, sistemas de alerta temprana.
“En este nivel hay que aislar con cortafuegos físicos (Se deja una zona sin vegetación de tal manera que el incendio no pase) o bien con un retardante químico de larga duración, se le echa un producto al perímetro exterior de una zona, si hay un incendio el fuego se queda parado en ese punto”, concluye.
La protección contra incendios en esta fase es fundamental pues si el fuego avanza se puede llegar incluso a la interfaz urbano forestal, con el riesgo y peligros que ello conlleva.
“Un momento vital en la fotovoltaica”
“Teniendo en cuenta todo lo anterior, no hay duda de que actualmente estamos en un momento vital en la fotovoltaica donde el crecimiento y algunos aspectos traerán un aumento importante de incidencias o incendios que debe ser corregido y/o mejorado”, expresa Antonio Molina.
Y concluye: “Esto hace imprescindible que se estudien y adopten medidas con estrategias globales de prevención y protección contra incendios. Sobre todo, en zonas especiales“.