En estos tiempos en los que las palabras sostenibilidad, descarbonización, eficiencia, domótica, autoconsumo, aerotermia y vehículo eléctrico, entre otras, están presentes prácticamente en cualquier foro, evento, debate o conversación no solo de los que formamos parte del sector, sino también en gran parte de la sociedad, me resulta más que chocante y sorprendente que la instalación eléctrica, base en la que se apoyan todas esas palabras y tecnologías, siga siendo la gran olvidada.
Según apuntó Luis Cabrera, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (ANESE), en sus palabras de apertura del II Congreso de Descarbonización y Sostenibilidad de esta asociación, celebrado en Madrid el pasado martes día 26, “hay 25 millones de viviendas en España que se construyeron antes del actual Código Técnico de la Edificación”. De esta manera, “estamos ante una gran oportunidad para las empresas en el ámbito de la rehabilitación”.
25 millones de viviendas son muchas y, aunque no tengo un dato que lo corrobore, me atrevo a decir que probablemente más del 80 % de esos 25 millones no han realizado una inspección o mejora de su instalación eléctrica desde que sus primeros moradores pusieran un pie en ellas.
Aporto otro dato extraído de ese mismo Congreso ANESE. David Lucas, secretario de estado de vivienda y agenda urbana del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, apuntaba en su intervención que “cerca de 9 millones de viviendas requieren rehabilitación de eficiencia energética, donde además de generar elevados volúmenes de emisiones, también generan, por lo general, condiciones de vida poco confortables a quienes viven en ellas”.
A renglón seguido exponía alguno de los objetivos del Ministerio, como el de “avanzar en políticas de rehabilitación que pongan a España en los niveles de nuestros vecinos europeos, lo que supondrá destinar tres mil millones de euros a rehabilitación con eficiencia energética en viviendas y edificios”.
¿Se puede concebir la rehabilitación sin contemplar la instalación eléctrica?
No, claro. Todo lo que hay por hacer en el ámbito de la rehabilitación, de todos los miles de millones de dotación presupuestaria que se están aportando para programas de ayudas y planes de promoción de rehabilitación en las distintas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, ninguno, repito por si no ha quedado claro, ninguno de esos planes contempla ayudas económicas o planes de incentivos para la instalación eléctrica de la vivienda.
Bueno, ninguno no. La excepción que confirma la regla es el Ayuntamiento de Madrid, que, aunque no cubre la totalidad de lo que nos gustaría a los que formamos parte del sector, por lo menos ha dado un primer paso con el Plan Rehabilita 2024.
Este plan, presentado el pasado 25 de octubre en la sede de la Asociación Profesional de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de Madrid (APIEM), de la mano de Álvaro González López, delegado de Área de Gobierno de Políticas de Vivienda, junto con Isabel Calzas, directora general de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, Ángel Bonet, presidente de la asociación, y Manuel Cabrera, director técnico de la misma, destaca porque, tal y como resaltan desde la asociación, “la instalación eléctrica cuenta con una línea específica de subvenciones por primera vez en la historia de las ayudas a la rehabilitación”.
Lo que pasa es que el diablo está en los detalles. Estas ayudas, que son bienvenidas y son además un primer gran paso para que la instalación eléctrica sea considerada de igual manera en los planes de ayudas a la rehabilitación como las envolventes, las ventanas, u otros elementos, abrazan solo en este plan a viviendas unifamiliares o a aquellas instalaciones de zonas comunes de edificios.
Es decir, no incluyen las instalaciones eléctricas en las viviendas en edificios. Teniendo en cuenta que en España la tipología de vivienda absolutamente mayoritaria corresponde a edificios en altura (donde vive el 65 % de la población española), pues es como querer ponerle cinta americana al Titanic.
Por cierto, este plan finaliza el día de los enamorados de 2025, el 14 de febrero. Por si te interesa.
Demandas de los profesionales
En las últimas fechas, hemos podido conocer las impresiones de los profesionales del sector a este respecto. En la última edición de MATELEC, charlamos con distintos instaladores para conocer su impresión acerca de que los planes y ayudas a la rehabilitación no contemplen la instalación eléctrica. Las respuestas eran claras: un despropósito. Te animo a que, si no lo viste en su momento, veas el vídeo-resumen.
Por otro lado, desde el Observatorio de la Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda en España (OREVE), agrupación de entidades y organizaciones cuyo fin es generar conocimiento sobre el estado de la rehabilitación eléctrica de las viviendas en España y su necesaria transformación para cumplir su rol en la descarbonización de la sociedad y la transición energética como principal medida ante la crisis climática, tratan de hacer frente común para que la instalación eléctrica no sea, tal y como han apuntado en distintos encuentros, “la gran olvidada de la rehabilitación”.
Si verdaderamente queremos reducir las emisiones que generan los edificios, si se quiere mejorar el confort de la vivienda, reducir el consumo energético, aspirar a elevar la electrificación de la demanda y que nuestros edificios y viviendas sean cada vez más digitales, más inteligentes y que integren soluciones innovadoras y de futuro como aerotermia o sistema de carga inteligente de vehículo eléctrico, todo ello no puede ser sin que la instalación eléctrica se modernice, se mejore y se actualice.
Teniendo en cuenta que, según distintos informes la principal causa de incendio en las viviendas está vinculado con la electricidad (mal uso, mala instalación, etc.), sobra decir que una renovada y adecuada instalación eléctrica ayudará a alcanzar los objetivos de eficiencia y descarbonización, pero, además, y esto es lo más importante, aportará seguridad a las personas.