Cuando Fernando Fernán Gómez escribió su obra ‘Las bicicletas son para el verano‘, considerado uno de los textos más representativos del teatro español contemporáneo, no pudo aventurar, ni de lejos, que ese título se podría aplicar a una situación como la actual.
La crisis que ha ocasionado el coronavirus COVID-19, y la “nueva normalidad” hacia la que nos dirigimos, que se hará efectiva (si la pandemia lo permite) a finales de junio, está promoviendo el uso de la bicicleta, un medio de transporte que, además de no contaminar, cumple con los requisitos higiénico-sanitarios que todos deberemos observar y cumplir (distanciamiento social, medidas de higiene individual, etc.) cuando llegue esa “nueva normalidad”, previsiblemente en los meses de verano.
La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, lo tiene claro. Ya a mediados de abril anunció en Twitter que valoraría la posibilidad de que la bicicleta fuese el principal medio de transporte tras el confinamiento, medida que ya se está implantando en Francia. Ahora, tan sólo 15 días después, ha enviado una carta a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en la que solicita que las entidades locales españolas potencien el empleo de la bicicleta como alternativa de transporte limpio y sostenible para la salida gradual de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.
A juicio de Ribera, el uso de la bicicleta puede contribuir a descongestionar el transporte público, permitiendo a los usuarios mantener la distancia de seguridad y evitando el uso masivo de automóviles particulares, que agravaría los problemas de calidad del aire en las ciudades. Medidas de este tipo están siendo adoptadas por ciudades como Berlín, Milán, París o Bogotá.
En este sentido, utilizar las bicicletas mejoraría la calidad del aire y disminuiría, por consiguiente, la contaminación atmosférica, tal y como está sucediendo desde que comenzaron las medidas de limitación de los desplazamientos (y, por tanto, de la movilidad) como consecuencia de los sucesivos decretos de estado de alarma que se han ido adoptando para hacer frente a la pandemia.
De hecho, la ministra ha trasladado a los representantes de la FEMP que la progresiva recuperación de la actividad implica “replantearnos los retos asociados a la movilidad en un escenario nuevo“. En ese contexto, y según Ribera, debe apostarse por un nuevo paradigma de movilidad sostenible que tenga en cuenta tanto la reducción de las necesidades de desplazamientos (fomento del teletrabajo) como medidas para evitar la concentración de los movimientos (flexibilidad horaria) o el fomento de medios de transporte sostenibles, incluidos la movilidad activa y otras modalidades de micromovilidad.
En este marco, la vicepresidenta ha trasladado a la FEMP una propuesta de posibles medidas para favorecer el uso de la bicicleta en las ciudades, principalmente en las de más de 5.000 habitantes, en el contexto de la desescalada:
Holaluz presentó en la madrugada del pasado miércoles al BME Growth las cuentas anuales consolidadas,…
Aúna Distribución retoma sus tres jornadas anuales este 2024 con sus Aúna Partner Days en…
Endesa ha inaugurado su primer hub de recarga ultrarrápida para vehículos eléctricos de la Autovía…
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra Política de Privacidad
Política de Privacidad