Polémica por el toque de queda en Castilla y León: “Los instaladores estamos confundidos”

Tras el tira y afloja entre la Junta y el Gobierno por establecer el toque de queda a las 20 o a las 22 horas, este medio ha querido palpar cómo están viviendo esta situación los instaladores de la Comunidad. Por ello, hemos hablado con la patronal y con dos empresas instaladoras, una familiar y otra de más de 130 empleados.
Por Pablo García
Un instalador de la empresa Potencia y Control.
Un instalador de la empresa Potencia y Control.
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El pasado sábado entró en vigor en Castilla y León el toque de queda establecido por la Junta a las ocho de la tarde. Un día después, el Gobierno recurrió esta medida al considerar que no se ajustaba a derecho. Ahora será el Tribunal Supremo el que decida si esta medida es legal o no.

En medio de la disputa entre ambas Administraciones, los ciudadanos. Empresarios y trabajadores que tienen que modificar sus previsiones casi día a día a causa del enfrentamiento político. Por ello, desde ‘C de Comunicación‘ hemos querido conocer cómo están viviendo los instaladores esta situación.

Confusión e incertidumbre

“La gente está es muy confundida. Al principio de la pandemia estaba confundida y temerosa, pero ahora mismo lo que está es confundida y pasota“, afirma José Luis Mozo, presidente de APREMIE (Asociación Provincial de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de Valladolid) y vocal de PECALE (Federación de Profesionales Electricistas y de Telecomunicaciones de Castilla y León).

“Nosotros lo vivimos con incertidumbre, porque no sabemos a qué hora acabar el trabajo o cómo programarlo para el día siguiente”, explica Jesús Sarmentero, gerente de Montajes Eléctricos Sarmentero, una empresa familiar de tres integrantes ubicada en Santovenia de Pisuerga, Valladolid.

Eso sí, ambos reconocen que el sector, considerado esencial para subsanar urgencias, no se está viendo tan afectado como otros. “La medida no tiene un fuerte impacto más allá del desconcierto, de la sensación de descoordinación, de malestar e incertidumbre que pueden ocasionar los políticos”, señala José Luis Mozo.

“Lo que han hecho los almacenes de material eléctrico a raíz de la pandemia -continúa Mozo- es adelantar su horario de cierre a las siete de la tarde. A partir de esa hora es difícil conseguir materiales“, explica.

Tampoco se ha visto especialmente afectada por el nuevo toque de queda la empresa Potencia y Control. Ubicada en Valladolid y dedicada al ámbito de la instalación y la ingeniería eléctrica, cuenta con 134 empleados y un horario continuo de siete de la mañana a tres de la tarde.

“Nos influye en el sentido de que nos tenemos que desplazar a otras provincias y nos supone la realización de documentación, certificaciones, autorizaciones… para que la gente pueda desplazarse de forma segura, porque puede que llegue más tarde de las 8 a casa”, explica José Ramón del Río, director general de Potencia y Control.

“La orden de la Junta de Castilla y León dice que se puede acudir a los centros de trabajo si está justificado por su horario”, apunta José Luis Mozo. En este sentido, los empleados que trabajen en empresas con horario nocturno pueden seguir acudiendo a su puesto con un documento en el que se justifique su horario.

“Nos han parado alguna vez, nos piden la documentación, el salvoconducto, y no nos ponen problemas para continuar“, manifiesta Jesús Sarmentero, en la misma línea de lo que le ha ocurrido a los trabajadores de Potencia y Control. Sin embargo, el mayor problema para el sector instalador no es la limitación de la movilidad ni el descenso del negocio.

El mayor problema: la morosidad

“El impacto de la pandemia no es tan grave como en otros sectores. Estamos más temerosos de lo que va a venir después con la morosidad. La gente que trabaja para bares, restaurante está muy preocupada por el tema de los impagos. Si estos establecimientos tienen que cerrar son deudas que nos van a salpicar”, explica el presidente de APREMIE y vocal de PECALE.

En este sentido, Jesús Sarmentero afirma: “Podemos decir que somos unos privilegiados. Es cierto que antes teníamos más volumen de trabajo, había unas previsiones a largo plazo, a un mes o dos meses. A nosotros la crisis nos va a afectar dentro de unos meses”, señala.

“Si uno de los sectores no puede pagar a los proveedores -continúa-, estos se quedan atrás. Si estas ayudas que les han prometido a estos sectores (restaurantes, hoteles, etc.) no llegan o no son suficientes es un problema que nos podría afectar. Si a mí un cliente me debe dinero, yo no puedo pagar a los almacenes de material eléctrico“, explica. “Por mucho trabajo que tengas, si no tienes liquidez, no tienes nada que hacer”, concluye Sarmentero.

“El tema de la morosidad va a ser un problema grande para este año. Se han dado muchos créditos ICO, se ha facilitado por parte de la Administración la distribución de dinero y va a ser complicado devolver ese dinero -explica José Ramón del Río-. Nosotros tenemos la suerte de que trabajamos con empresas del automóvil de Valladolid y, aunque se están aprovechando un poco de las circunstancias para retrasar pagos, no es el caso de una empresa que trabaje para otro tipo de proveedores más afectados”, reflexiona el director general de Potencia y Control, quien prevé un bajón del volumen de negocio para la primera parte de 2021.

Por último, Jesús Sarmentero matiza los aspectos positivos y negativos de que el sector de los instaladores eléctricos sea considerado como esencial. Por un lado, este reconocimiento es positivo, porque permite que los profesionales sigan trabajando y tienen mayor libertad de movimientos. Por otro, implica no recibir ningún tipo de ayudas: “Si puedes trabajar, pero no tienes trabajo… De marzo a mayo vivimos atendiendo urgencias”, relata Sarmentero.

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