¿Cuál es el camino correcto?

En esta etapa de transición que he pasado y que ya termina, he tenido un poco más de tiempo para la reflexión y me he sumergido en un silencio delicioso, lo que me ha permitido disfrutar de la calma necesaria para encontrar palabras maravillosas y pensar si nos hallamos en el camino correcto.

He realizado un poco de introspección y me he metido de lleno en lo que realmente debemos ser como seres humanos. Esto es lo que nos recomiendan los coaches que es necesario hacer.

No he sentido la necesidad de pelear ni de defenderme, puesto que no necesito defensa ni tengo que convencer a nadie de nada. Me he alejado de las tiranías impuestas, complicidades absurdas y rutinas amenazadoras.

Me he dado cuenta de cómo somos y cómo debiéramos ser, y de ahí este post, que no son más que mis reflexiones.

He visto a personas venderse para conseguir “su sueño”. De nada sirve esto si al final llegas a descubrir que no eres real y que no sientes lo que pensabas sentir. Te estás engañando. Es el precio altísimo que se paga por tu incoherencia.

Hay gente que llega a la meta y descubre que han conseguido lo deseado, pero se han traicionado tanto para llegar que no pueden paladearlo porque el resultado de la experiencia no son ellos sino un sucedáneo.

Desde mi punto de vista, “la meta es ser”, es estar contigo mismo sin analizar, sin evaluar, sin preguntarte a cada paso si estás en la senda correcta. Si el camino te hace sentir que estás bien contigo mismo, te lleve donde te lleve, es el camino correcto.

Lo importante es el ahora

Cada vez más es preciso dejar la inmediatez, la desesperación de ser mejores, de vencer cada día, el empacho de pasado y la sobredosis de futuro. Siempre se nos olvida el ahora y que el estar y sentir ya es una victoria. Hay que dedicar toda la atención a lo que nos llena y no a lo que nos vacía, a la belleza, a la bondad, al amor, a la alegría y a la risa.

Recordad que no hay meta que valga la pena si llegáis a ella lastimados, comprimidos y, sobre todo, siendo una versión inferior a la que sois. Y que no vale la pena si por el camino no crecéis y aprendéis.

Echad fuera lo que os sobra, lo que acumuláis sin sentido y soltad los apegos para dejar lugar a lo nuevo, a lo hermoso, a lo maravilloso que descubriréis y que, probablemente, siempre ha estado delante de vosotros y no habéis sido capaces de verlo.

¿Conocéis vosotros cuál es el camino correcto?

¡¡Que seáis buenos!!

P.D. Dedicado a mi querido padre y a mi amigo Ángel Luis Franco, recientemente fallecidos (DEP).