Desde los 14 años, mi vida ha estado vinculada al sector de las energías y los fluidos, una pasión que descubrí a través de la Formación Profesional (FP). A lo largo de los años, he podido construir una carrera profesional plena y repleta de éxitos, gracias a la elección de una profesión que aprendí en mi adolescencia.
Por esta razón, quiero explicar al mundo, hoy más que nunca, que es necesario poner en valor los oficios y las profesiones, sin complejos y sin prejuicios. Porque lo que muchos han subestimado en nuestro país durante décadas, se ha convertido en la clave para un futuro próspero y sostenible.
El valor de los oficios y la Formación Profesional
A pesar de que se habla mucho sobre la FP en la actualidad, todavía persiste una cierta hipocresía en la sociedad. Muchos padres, con las mejores intenciones, no han querido que sus hijos sigan este camino y han preferido opciones que tradicionalmente se consideran más “prestigiosas”.
Durante años, los oficios han sido socialmente estigmatizados, cuando en realidad son carreras eficientes, dignas y sostenibles. Yo mismo soy prueba de ello: la FP no solo me dio las herramientas para tener éxito profesional, sino que también me permitió contribuir al bienestar de la sociedad y al desarrollo de la industria energética.
La necesidad de una autocrítica colectiva
Es momento de hacer una autocrítica colectiva. Hemos dejado que durante demasiado tiempo se menosprecie la FP, cuando es una vía de empleabilidad real para miles de jóvenes y una solución tangible a las demandas de muchas empresas en la España del siglo XXI.
Lo que hemos aprendido es que, en la vida, todo es reversible: podemos y debemos corregir este error. No podemos seguir lamentándonos o quejándonos de la falta de mano de obra cualificada mientras miramos hacia otro lado. Se trata de promover y apoyar la Formación Profesional.
Formación Profesional Dual: El futuro que debemos construir juntos
La FP Dual es la clave para enfrentar los retos del futuro. No solo prepara a los jóvenes con las habilidades que realmente necesitan las empresas, sino que también fomenta una transición hacia un mercado laboral más eficiente, dinámico y sostenible.
Sin embargo, para que esto funcione, es necesario aterrizar la FP en cada sector, comunidad por comunidad, y ajustar aquellos aspectos que requieren mejoras. No basta con hablar de la FP, hay que ponerse manos a la obra, trabajando de manera conjunta las empresas, instituciones, educadores y, por supuesto, familias.
El futuro de España depende, en gran medida, de nuestra capacidad para reconocer el valor de los oficios y las profesiones, y para apoyar activamente la FP Dual. No se trata solo de formar a los trabajadores del mañana, sino de asegurar que cada joven tenga la oportunidad de desarrollar una carrera que le permita prosperar y contribuir al bienestar de la sociedad.
El cambio es posible, pero requiere de la implicación de todos. El futuro es brillante y la FP Dual es el camino para alcanzarlo.