El principal motivo de insatisfacción de los jóvenes es la falta de empleo. Facilitar el acceso al primer trabajo es crucial. Más adelante con experiencia pueden evolucionar. Por ello urge alinear la formación con el mercado laboral sin renunciar a una educación integral. Una de las soluciones es orientar a los estudiantes desde una edad más temprana para despertar vocaciones que les ofrezcan mayores oportunidades de desarrollo profesional en el futuro.
La empleabilidad de los jóvenes debe ser un objetivo esencial para cualquier sociedad. En España, el desempleo juvenil sigue siendo uno de los principales retos, pese a la mejora experimentada en los últimos años. En la actualidad, la tasa de paro del 29,3% registrada en jóvenes de 15 a 24 años según datos del último informe de Eurostat, lo que la convierte en una de las más altas de Europa y como agravante, nuestro empleo juvenil presenta, además, algunos rasgos de precariedad no deseables.
Por el contrario, pese a las altas tasas de desempleo, las empresas tienen dificultades relevantes para contratar determinados perfiles profesionales, debido a un desajuste de capacidades entre la formación que los jóvenes adquieren en los centros educativos y las necesidades reales de las empresas.
Por otro lado, son precisamente las empresas, las que mejor conocen las competencias necesarias presentes y futuras, sin tener el suficiente reconocimiento institucional necesario para poder participar en la definición de los contenidos educativos. Resolver la brecha de competencias es un problema complejo que requiere actuaciones coordinadas a diferentes niveles. Un problema transversal que afecta en general a todos los sectores económicos, pero sin duda de gran impacto en sectores esenciales como el de la energía donde es necesario crear entre 300.000 y 350.000 nuevos puestos de trabajo en los próximos cuatro años.
Buscando soluciones en la formación profesional
La Formación Profesional ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, ganando prestigio y adaptándose cada vez más a las necesidades del mercado laboral. Ha mejorado la inserción laboral y los salarios, lo que la convierte en una opción de éxito en especial en su modalidad de Formación Profesional Dual “FP dual”. Promueve una formación teórico-práctica, tanto en el centro educativo como en la empresa, así como la realización de prácticas en esta última. A su vez, la colaboración entre unos y otras es más fluida. El hecho de que estas puedan definir parte de los contenidos en los que se forman los estudiantes hace que se adapten mejor a las competencias que las compañías necesitan, lo cual contribuirá a reducir la brecha de competencias “skills”.
La FP Dual, goza de un alto reconocimiento en muchos países europeos, principalmente en un motor económico como es Alemania. En España, el nivel de penetración de la FP es aún muy bajo, pese a que ha aumentado en los últimos años. En el caso de la FP dual, los datos son todavía inferiores: de los 1.027.367 alumnos matriculados en FP en el curso 2021-2022, tan solo 45.613 seguían el formato de FP dual, esto es, menos del 5% del total, un porcentaje claramente mejorable.
La nueva Ley Orgánica 3/2022, de 31 de marzo, de Ordenación e Integración de la Formación Profesional (LOFP) pretende impulsar la FP dual mediante la reordenación del sistema de FP en España. La nueva ley de la FP ordena la oferta formativa, flexibiliza los curriculums y facilita el acceso a la FP dual. Uno de los cambios clave es la integración de diferentes subsistemas formativos, permitiendo una formación más cohesionada. En concreto la FP dual intensiva es una fórmula que está empezando a ofrecer buenos frutos. Se trata de aquellos ciclos formativos cuyos estudiantes dedican la mayor parte de su tiempo lectivo en una empresa cobrando un sueldo.

Desafíos actuales de la FP Dual en España
Uno de los problemas que frenan actualmente el desarrollo del modelo en España es la falta de homogeneidad entre las distintas comunidades autónomas (CC. AA.), lo que se traduce en dificultades de gestión. Por otro lado, en la FP Dual, el papel de los formadores y tutores resulta clave, y, en este sentido, se observan ciertas dificultades para que los formadores de los centros educativos estén actualizados en cuanto a los contenidos y competencias que las empresas necesitan, que sumado a la falta de recursos internos (formadores, tutores…) implican costes adicionales, que pueden suponer un problema para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas.
Por ello, sería deseable que contasen con ayudas por parte de la Administración, como incentivos fiscales o reducciones en materia de cotización. A su vez, la futura necesidad de un contrato laboral para determinadas modalidades de FP Dual como la intensiva, a pesar de sus ventajas, también añade complejidad y costes, por lo que sería conveniente poder cursarla mediante fórmulas más flexibles y menos complejas que los contratos laborales, siempre que otorguen garantías tanto a los candidatos como a las empresas.
Los distintos problemas planteados requieren de una acción conjunta por parte del Gobierno, las empresas, los centros educativos, los candidatos y las familias.
En el caso de los centros educativos, los empresarios consideran que estos deberían adaptar y dirigir los programas formativos hacia las necesidades concretas que ellas tienen, así como flexibilizar, lo máximo posible, los acuerdos de colaboración con ellas tanto en contenidos formativos, horarios y duración del periodo formativo como en aspectos administrativos. Del mismo modo, es esencial que dichos centros fomenten la formación continua y constante del profesorado, aportando los medios necesarios para ello, pues este será en gran parte la base del éxito del programa.
Conclusiones
Cada vez más jóvenes eligen la FP por sus salidas laborales, pero las familias siguen apostando principalmente por la Universidad. Se precisa una acción conjunta entre el gobierno, empresas, centros educativos y familias para mejorar la FP Dual. Las empresas deben ver los beneficios de la FP Dual y las familias deben valorarla como una opción válida para el desarrollo profesional de sus hijos.
La FP Dual es esencial para dotar a los jóvenes de competencias necesarias, pero su implementación requiere superar barreras. Se proponen acciones concretas para mejorar la colaboración entre todos los actores involucrados. Cabe destacar 7 aspectos clave.
- Necesidad de un sistema estructurado y transparente por parte del gobierno.
- Flexibilidad en programas formativos para adaptarse a necesidades empresariales.
- Importancia de campañas de sensibilización sobre la FP Dual.
- Se deben resolver los retos planteados para asegurar su penetración en el país.
- Atender a las dificultades de implantación de la FP dual en las pequeñas y medianas empresas.
- Importancia de la colaboración continua entre empresas y centros educativos
- Promover la FP dual intensiva y minimizar las barreras de su implementación.
“Como me despido siempre. A todos los que todo esto os interesa os espero en mis próximos artículos con los que propongo prestar atención al futuro sin perder de vista el presente.”
Juanjo Catalán, coolhunter energético.
Gracias, Juanjo, has resumido de forma sintética la problemática de la FP en España. Añadiría que la FP no debe ser percibida como la alternativa a la Universidad, si no como una opción formativa más que, además , suele tener más salidas (a priori) que la Universidad. Gracias y saludos,