Teresa Ribera indica que se busca asegurar precios competitivos, así como fomentar la inversión y la descarbonización.
La Comisión Nacional de Energía (CNE) actuaba como regulador independiente del mercado energético hasta 2013, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy centralizó todas sus funciones en la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia). Ahora, el Consejo de Ministros ha aprobado el anteproyecto de ley para restablecer la CNE como ente regulador independiente.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, ofreció declaraciones al respecto este martes 20 de febrero, después de su aprobación. En ellas, justificó su tramitación por la vía de urgencia y se mostró optimista sobre su posible publicación en el BOE antes de que termine este 2024.
Margen de actuación de la Comisión Nacional de Energía
La creación de la CNE fue una de las medidas en materia de energía acordadas por PSOE y Sumar para la formación del nuevo gobierno. Esta Comisión contará con una “actualización de sus funciones” y un fondo específico sin personalidad jurídica propia. Como explicó la vicepresidenta tercera del Gobierno, “se ha creado a petición de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE)”.
El margen de actuación del nuevo organismo recoge, entre otros, un nuevo marco regulatorio, la integración de los nuevos vectores energéticos, la transformación del modelo de negocio en el sector energético y el refuerzo de la protección al consumidor.
En cuanto a los vectores energéticos, la ministra señaló que “ya no se trata solamente de electricidad, gas o hidrocarburos”.
Gestión y liquidación de los sistemas eléctricos y de gas
La Comisión Nacional de Energía tendrá entidad jurídica propia, más recursos y una nueva capacidad a través de un fondo específico. Este se dedicará a la gestión y liquidación de los sistemas eléctricos y de gas en las actividades que se refiere.
Con esto se pretende conseguir “precios competitivos para los consumidores y señales eficientes para la inversión“, subrayó la ministra. Entra dentro de las funciones clásicas de seguimiento del funcionamiento de los mercados energéticos.
La descarbonización como pilar para la creación de la CNE
Junto con las funciones tradicionales, y como expresó Teresa Ribera, en la CNE se tiene que incorporar el objetivo europeo de la descarbonización. Una regulación energética que “debe facilitar a la hora de tomar esas decisiones regulatorias”.
Esto se puede traducir en que, a la hora de establecer la metodología de retribución de las redes eléctricas, se incluyan incentivos para aquellas distribuidoras que tramiten rápidamente los expedientes de conexión de nuevos puntos de recarga para vehículos eléctricos. Así quedó reflejado en un comunicado oficial difundido a los medios tras el Consejo de Ministros.
Tres direcciones y siete miembros para la Comisión Nacional de Energía
Para desarrollar las funciones previstas, se contempla una estructura con siete miembros (presidente, vicepresidente y cinco consejeros). Estos deben tener cinco años de experiencia en “ámbitos vinculados a los propios de este regulador”, indicó Teresa Ribera.
Además, estará dividida en tres direcciones de actuación: la de Electricidad, la de Hidrocarburos y Nuevos Combustibles y la de Inspección.
En un periodo máximo de cuatro meses desde la aprobación de la Ley de creación, la CNE deberá estar constituida y operativa según los plazos previstos en el anteproyecto.
Fondo para la Gestión Económico-Financiera de las Liquidaciones del Sector Eléctrico y del Gas
El anteproyecto de ley también prevé que se cree el Fondo para la Gestión Económico-Financiera de las Liquidaciones del Sector Eléctrico y del Gas (Fglseg). Con este se pretende gestionar los ingresos y pagos correspondientes a las liquidaciones de peajes, cargos, cánones, precios y retribuciones reguladas de los sectores eléctrico y gasista.
De igual modo, se dirige a las transferencias previstas en los Presupuestos Generales del Estado para los mencionados sectores.