El Dividendo Digital es uno de los retos a los que se
enfrenta el sector de las telecomunicaciones y que va a incidir en las
instalaciones cientos de miles de hogares. En síntesis, es el proceso
consistente en dejar libres algunos de los canales en los que ahora se emite la
Televisión Digital Terrestre (TDT), para que puedan utilizarse para nuevos
servicios de banda ancha, principalmente
telefonía móvil, en lo que se ha llamado la cuarta generación (4G), y surge por
la creciente demanda de ancho de banda por parte de los operadores de telefonía
móvil para ofrecer más y mejores servicios.
Cabe señalar que no se trata de un segundo apagón, sino que
es sólo una reubicación de canales en la misma tecnología (TDT). En este caso,
el usuario no tiene que cambiar su aparato de televisión –como ocurrió en la
transición de la televisión analógica a la digital–, ni añadir decodificadores
externos, para continuar recibiendo la programación. Supone trasladar la
mayoría de las emisiones de TDT actuales, reajustando toda la red de emisores y
obligando a los usuarios a modificar nuevamente la configuración de sus antenas.
Según las estimaciones que realizó en su momento el
Ministerio de Industria, las actuaciones derivadas de la liberación del
dividendo digital tendrían un impacto muy favorable en la economía española:
más de 12.000 millones de euros en los próximos años, teniendo en cuenta que el
1 de enero de 2015, por normativa comunitaria, se iba a proceder a realizar
esta transición; plazo que, por otra parte, no se va a cumplir.
Cuatro
empresas nacionales que fabrican y/o comercializan equipamientos y soluciones
para realizar esta transición al dividendo digital aportan su punto de vista.
1 de enero de 2015,
¿un plazo asumible?
Sergio Martín, responsable de comunicación de Televés, recuerda que los operadores de
4G obtuvieron tres bloques de ancho de banda por concurso en 2012 (Telefónica,
Vodafone y Orange). El plazo definido por el Parlamento Europeo para implantar
los servicios 4G expiraba el 1 de enero de 2013, que luego la Comisión Europea
de Telecomunicaciones amplió hasta el 1 de enero de 2015. “Cualquier variación
de estos plazos debería ir debidamente justificada, pero prevemos que habrá
plena colaboración y coordinación entre los operadores de TDT y los de 4G para
concluir la transición de señales sin riesgos de posponer fechas”, asegura
David Longobardo, responsable del Área de Comunicación
Online de Grupo Lasser, apunta que
el proceso del Dividendo Digital es una directriz marcada por la Unión Europea,
en el que “la controversia está originada porque el planteamiento de nuestro
Gobierno era adelantarlo al 1 de enero del 2014”.
Por su parte, Jordi Pallarés, director comercial de Promax Electrónica, comenta las limitaciones que se derivan del retraso acumulado en
este proceso. “La verdad es que el camino hacia el Dividendo Digital se está
haciendo muy largo. Cumplir con los plazos establecidos a día de hoy va a ser
difícil. Después de las decisiones administrativas, se deberá actuar sobre los
centros emisores y, por último, sobre todas las instalaciones”. Pallarés
considera que “se trata de una carga de trabajo muy grande, si tenemos en
cuenta la cantidad de emisoras y de instalaciones de antenas que hay en el
país. Ciertamente, estamos rozando el límite del tiempo requerido para poder
llegar a tiempo. Sin embargo, estoy seguro que todos los actores de esta cadena
de valor harán lo posible por alcanzar la meta”.
En opinión de Josean Martín, director comercial de Alcad, “la
fecha de 1 de enero de 2015 para la liberación de la banda del Dividendo
Digital es de obligado cumplimiento, tanto por normativa europea como por
contratos de alquiler de estas frecuencias a los operadores de telefonía móvil,
por lo que no hay duda que es una fecha límite que se va a cumplir”.
Reportaje completo en el número 6 de Cuadernos de Material Eléctrico.
