Iñigo Sánchez Semberoiz, responsable de Alumbrado Público e Iluminación Industrial de Grupo Saltoki, ofrece una serie de consideraciones necesarias a la hora de diseñar una instalación de alumbrado led eficiente y rentable en el ámbito industrial, donde es importante tener en cuenta diversos factores técnicos más allá del precio.
De entre todos los factores que afectan a las condiciones laborales en cualquier entorno, uno de los más importantes es la iluminación. En Saltoki ponen de relieve que en cualquier centro de trabajo se debe contar con un correcto diseño que, además de evitar que la salud de los trabajadores se vea afectada, permita reducir los costes de explotación (energía, gestión y mantenimiento), haga disminuir las afecciones por interrupciones de mantenimiento, evite quejas de los usuarios por malestar visual (deslumbramientos, niveles indebidos, parpadeos, alteraciones a los ritmos circadianos, etc.) y, por supuesto, dé cumplimiento a la normativa vigente.
Situación actual
En la actualidad, cualquier establecimiento industrial está formado por diferentes tipos de espacios (áreas exteriores, oficinas, zonas de producción, almacenes, cuartos de instalaciones, etc.) y cada uno de ellos requiere soluciones específicas de iluminación conforme a la normativa vigente (principalmente, el RD 486/1997 sobre seguridad y salud en los lugares de trabajo; y la norma UNE EN 12464 de iluminación de lugares de trabajo).
Los espacios más relevantes, por extensión y potencia eléctrica instalada, son los destinados a producción y almacenamiento. De manera habitual se iluminan mediante campanas industriales, luminarias de elevada potencia especialmente diseñadas para espacios diáfanos con gran altura.
Las campanas convencionales existentes montan lámparas y equipos de descarga: halogenuros metálicos, cuando se requiere luz blanca de alta reproducción cromática, o vapor de sodio, cuando prima la eficacia y vida útil. Sin embargo, este tipo de fuentes de luz presentan varios problemas: requieren mantenimientos frecuentes (cada dos o tres años); no admiten sistemas de regulación y control (los reencendidos son lentos y la regulación es limitada); y son poco eficientes, en comparación con tecnologías más modernas como el led.
Hasta el 80 % de la factura eléctrica de un almacén puede llegar a provenir del gasto por iluminación. En ese contexto la tecnología led, bien aplicada, puede generar ahorros respecto a las instalaciones con tecnología convencional de hasta el 75 %, con retornos de la inversión inferiores, en muchos casos, a un año (la amortización simple depende del importe de inversión y los ahorros, los cuales son proporcionales a las horas de encendido de la instalación; los periodos de retorno inferiores a un año suelen darse en establecimientos con encendido 24 horas y regulación de flujo).
Por otro lado, no es extraño encontrar espacios con niveles lumínicos y/o uniformidades inadecuados (conforme a la norma UNE EN 12464-1), fruto de un mal diseño de origen, un cambio de uso o simplemente de la antigüedad de la instalación.
Por todo ello, y teniendo en cuenta la necesidad de mejorar la competitividad de las empresas y las oportunidades que brindan las ayudas públicas (en la web del IDAE), la reforma de las instalaciones convencionales para instalar tecnología led es una alternativa muy recomendable.
Iluminación Led industrial: el proceso de reforma
Es habitual encontrar instalaciones ya reformadas en las que, a la hora de seleccionar el producto, el único criterio fijado ha sido el económico; o instalaciones que han sido dimensionadas “a ojo”, sin llevar a cabo cálculos lumínicos; o que presentan gran aporte de luz natural o presencia no constante de personas, y no han incluido un sistema de regulación y control para optimizar el consumo energético.
Por tanto, sea la reforma de una instalación existente o la ejecución de una nueva, el proceso a seguir debe contar con tres fases: selección de producto; cálculo y dimensionamiento lumínico; y valoración de complementos de la instalación.
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