Reportaje que ofrece un panorama detallado de la situación del sector de las infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos, que está estrechamente vinculado a la evolución del mercado del vehículo eléctrico. Varias empresas aportan su punto de vista.
Las perspectivas del sector de infraestructuras de recarga del vehículo eléctrico no se pueden separar de la evolución del mercado de los vehículos eléctricos e híbridos enchufables. Se trata de ámbitos con un enorme potencial de futuro, pero que no terminan de alcanzar la velocidad de crucero deseada, aunque las compañías que operan en este sector se muestran positivas en cuanto a expectativas.
Alejando Valdovinos, responsable de Nuevos Negocios en Simon Holding, señala que en la empresa “somos muy optimistas, debido al hecho de que las prestaciones de los vehículos están aumentando de forma continua y de que prácticamente todos los fabricantes de referencia han confirmado la salida al mercado de modelos con una autonomía próxima a los 350-400 kilómetros”. Añade que esta evolución ya se ha podido apreciar en 2016, “año en el que ha tenido un crecimiento de mercado de un 55%, representando ya un 0,3% del total de vehículos matriculados. En los próximos años prevemos crecimientos muy similares que nos acerquen a la realidad que viven otros países como Alemania o Francia, donde la adquisición de VE está por encima del 1%”.
Por su parte, los representantes de Circutor, creen que “a pesar de que no ha existido una línea clara ni coherente de soporte por parte de la Administración Central, con unas modestas y erráticas ayudas, se va a producir una evolución imparable en todos los ámbitos de las infraestructuras de recarga, motivadas principalmente por una oferta creciente de Vehículos Eléctricos (VE), con nuevos modelos y mejor precio/prestaciones”.
Desde el punto de vista de Feníe Energía, “la barrera fundamental es que los gestores de carga tienen que ser los titulares de los puntos de suministro eléctrico (Cups). Por ejemplo, en un centro comercial que quiera cobrar por la energía, habría que pedir un nuevo suministro, probablemente instalar un centro de transformación para medir en alta tensión, etc. Sin esta barrera aumentarían las empresas del sector terciario que instalarían puntos de recarga y cobrarían a través de los gestores de carga”.
Para ABB, el vehículo eléctrico es el futuro inmediato del transporte por carretera, por lo que “debe ser soportado por una infraestructura robusta que permita una movilidad acorde a las necesidades de los usuarios”. Luis Thomas Vela, responsable del área de Infraestructura de Carga de Vehículo Eléctrico en ABB, expone que su evolución “se basará en una carga base doméstica o vinculada basada en cargadores lentos de baja potencia, que recargarán los vehículos durante largos periodos de tiempo en los tiempos de descanso de sus usuarios, y una fuerte red de cargadores rápidos capaces de cargar a los vehículos en pocos minutos, que darán soporte a los usuarios que necesiten esta carga de oportunidad”.
La visión de Legrand se plasma en que, en esta primera etapa de introducción del vehículo eléctrico, “se deberán instalar, proporcionalmente, más puntos de recarga en los espacios públicos para así garantizar al usuario del vehículo eléctrico que tendrá acceso a los puntos de recarga públicos en caso de necesidad”.
Ingeteam señala que “el sector terciario se está convirtiendo en el principal motor de las ventas”, mientras que Orbis resalta la tendencia en el sector ya que, aunque se trata de cifras modestas de ventas de vehículos eléctricos, 2016 registró un incremento del 55% respecto a 2015, elevando el parque a unas 20.000 unidades.
Puede ver el reportaje completo en el número 28 de Cuadernos de Material Eléctrico. También se puede leer en el ordenador, o descargar en el smartphone o tablet, pulsando en este enlace.
Tiene que promoverse más. Muy bien
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