El mercado de las viviendas inteligentes o el hogar conectado podría alcanzar los 6.000 millones de euros en los próximos cuatro años en Europa, según estimaciones de algunos expertos internacionales, lo que hace prever una óptima evolución de este segmento. Varios fabricantes de referencia en este campo aportan su visión sobre las tendencias que marcan el futuro cercano.
Desde el punto de vista de ABB (con su marca Niessen), la aplicación de la domótica en los hogares españoles hoy en día no es muy alta, “pero se trata de un sector de un enorme potencial”. En este sentido, existen varios factores que apuntan a ello: la recuperación paulatina del mercado inmobiliario; el mayor número de personas mayores o con discapacidad; la necesidad de mejora en la seguridad del hogar o los espacios de trabajo; y el incremento en el número de familias que demandan la posibilidad de controlar de forma remota los electrodomésticos de su hogar y otros elementos como persianas o luces.
Schneider Electric ofrece también un enfoque positivo y estima que el sector va a seguir la misma tendencia que la prevista a nivel global en Europa, es decir, creciente y con una apuesta decidida por las nuevas tecnologías y su aplicación en el hogar. “Esperamos que el concepto de IoT (Internet of Things, o Internet de las Cosas) llegue de pleno a los hogares y con él la extensión del mismo al campo de la vivienda inteligente para darle a ésta un impulso definitivo a medio plazo”.
Los representantes de Hager, por su parte, ponen el acento en el ahorro energético: “en España los propietarios de instalaciones y el usuario final están cada vez más concienciados con el gasto energético, así como de la gestión de los consumos para tener una mayor eficiencia energética”. Al diseñar una instalación y explotarla, se valora que sea respetuosa con el medio ambiente y que gestione la energía de manera eficiente, “lo que automáticamente se traduce en un importante ahorro económico”, resaltan.
Para Simon, el ámbito del hogar conectado se trata de “un sector en auge en el que la empresa confía plenamente”. La tecnología ha alcanzado todos los ámbitos de la vida cotidiana, de modo que el Internet de las Cosas ya es una realidad en todo tipo de edificios, desde viviendas a hoteles hasta escuelas. Además, “la domótica puede representar un ahorro energético de entre un 30% y un 45%, mientras que sus costes de instalación son muy reducidos en general”, ponen de relieve.
Respecto a los posibles obstáculos para que estas soluciones se extiendan, “el sector ha logrado la compatibilidad de los smartphones y resto de dispositivos con los que nos conectamos habitualmente a Internet con los sistemas que dotan de inteligencia a las instalaciones domésticas, de modo que la interfaz con el cliente se ha convertido en un elemento familiar y de pleno dominio por parte del usuario”, apuntan fuentes de Schneider Electric.
Puede ver el reportaje completo en el número 24 de Cuadernos de Material Eléctrico. También se puede leer en el ordenador, o descargar en el smartphone o tablet, pulsando aquí.