Este pasado puente de diciembre he coincidido, en unas minivacaciones, con mi amigo el empresario. Cada vez que nos vemos tiene algo que contarme o, mejor dicho, algo que preguntarme. En esta ocasión, me dice que él nunca ha realizado un presupuesto anual en su empresa, pero que este año se ha empeñado en hacerlo. “¿Me puedes explicar cómo lo hago, Tomás? ¿Por dónde empiezo? ¿Con quién debo contar? ¡Ayúdame, por favor, no soy adivino!” Ni yo tampoco, le contesto, aunque no hay que serlo.
Primero, debes tener claro que un presupuesto ayuda enormemente a tomar decisiones estratégicas y detectar tendencias a lo largo del año para que puedas, posteriormente, marcar el camino deseado para tu compañía. Esto significa que, teniendo tu presupuesto y efectuando su seguimiento, te ayudará, cada mes normalmente, a pensar o cambiar de escenario en el momento de detección de cualquier dato que se separe del presupuestado.
Por ejemplo, si las ventas no son las esperadas en el momento del período analizado, te darás cuenta de que tienes que tomar medidas y, si como es deseable has previsto distintos escenarios de ingresos, sabrás con antelación cómo actuar.
“Ya vamos tarde, ¿verdad?” Me dice. Pues sí, pero no te preocupes, que es un mal general porque la mayoría de las empresas dejan la elaboración de los presupuestos para el final del año e, incluso, algunas arrancan sin tener el mismo aprobado.
El presupuesto anual y la rentabilidad de la empresa
Como primera conclusión, querido amigo, podemos decir que el objetivo principal del presupuesto anual consiste en contemplar todos los recursos que están a tu disposición para asignarlos a las diferentes áreas de tu organización, con el último fin de aumentar las ventas y disminuir los gastos, es decir, incrementar la rentabilidad de tu empresa.
En términos generales, un presupuesto anual se compone de las siguientes partidas:
- Ingresos. Estos son básicamente las ventas de los productos o servicios que suministras a tus clientes.
- Coste de ventas. Aquí se recogen los costes relacionados con la producción o adquisición de los bienes y servicios que vendes.
- Gastos operativos. Son los gastos necesarios para el funcionamiento de la empresa. Es decir, los gastos de administración, ventas, marketing, personal, alquileres, etc.
- Gastos financieros. Son aquellos producidos por los intereses o cargos asociados a la financiación de la empresa, como son los intereses de los préstamos o líneas de crédito que tenga la empresa.
- Inversiones. El dinero que la empresa planea invertir, ya sea en activos fijos o proyectos a medio plazo.
- Impuestos. Como su propio nombre indica, aquí se debe poner la parte impositiva, como el impuesto sobre la renta y demás impuestos.
Hasta aquí las partes más importantes que tienes que considerar para hacer tu presupuesto anual, pero ahora viene lo más interesante. “¿Qué es?” Me pregunta mi amigo. Pues es la forma de confeccionarlo, que puede ser de arriba a abajo o de abajo a arriba. Me explico:
- Puedes empezar definiendo las ventas y el coste de ventas que vas a tener para el próximo año y, partiendo de aquí, empiezas a restar la parte de todos los gastos.
- Puedes empezar, cosa que te recomiendo, definiendo claramente los gastos en los que vas a incurrir y vas hacia arriba. Luego piensas cuánto dinero es el que quieres ganar y, de esa manera, tendrás la venta que tienes que realizar para conseguir lo que quieres.
Bueno amigo, imagino que, con todo lo que te he contado, te habrás hecho una idea bastante clara de cómo se elaboran los presupuestos anuales. Te he contado el resumen, aunque ahora debes hacer el desarrollo de todo y ponerlo en el cuadro correspondiente para poder realizar el seguimiento del que hablamos al principio, que será el que te haga tomar las decisiones que permitan llevar a buen puerto el presupuesto.
Qué fácil, ¿verdad? Luego tienes sus dificultades, como todo.
¡Os deseo una Feliz Navidad y Año Nuevo!
¡Que seáis buenos!