Lo veo cada día en las obras y reformas, en los oficios. Ya seamos electricistas, fontaneros, albañiles… Nos vamos haciendo mayores. Observo como la mayoría de nosotros rondamos los 40 y 50 años, incluso más edad. La figura del “aprendiz”, que quiere trabajar para aprender y establecerse por su cuenta, prácticamente ha desaparecido.
No veo nuevas generaciones de jóvenes autónomos que empiecen su actividad en los sectores de la construcción y reformas. Y no es por falta de demanda, ya que cualquier autónomo del sector (que sea buen trabajador) te va a responder igual: “Estoy saturado de trabajo; no llego a todo”.
Entonces, ¿qué es lo que sucede?
En mi opinión, los jóvenes se encuentran con varios problemas. El primero de ellos, cuando hablan de emprender su enfoque, suele estar destinado al mundo digital.
Todo parece mucho más bonito que ser albañil o electricista, claro está. No obstante, este tipo de oficios tiene, y tendrá siempre, demanda. Son trabajos físicos y a veces duros, pero su demanda nunca va a dejar de existir.
El segundo obstáculo con el que se encuentran los jóvenes, a pesar de que se trate de la generación más formada de la historia y con el acceso más libre a la información que nunca, es el desconocimiento y la duda de cómo gestionar su propio negocio.
En este sentido, me refiero a cómo establecer los precios, cómo asignar un margen de beneficio o cuántos impuestos tendrá que pagar. Son las primeras dudas con las que cualquier autónomo se topa en sus inicios y, aunque parezca mentira, esto no se enseña en las escuelas ni institutos.
El muro de los impuestos
La tercera piedra y más importante, al menos desde mi punto de vista de 10 años como autónomo, es el muro de los impuestos. Un dato aplastante: más del 45 % de las empresas cierran antes de los tres primeros años de vida en España.
Miento si digo que no veo a nuevos jóvenes que emprenden su actividad, pero, a los pocos meses, muchos desaparecen. Si sumamos la falta de formación financiera con la presión fiscal española, como he dicho anteriormente, obtendremos la receta perfecta para el cierre.
Aun así, no todo es malo ni mucho menos. Ahora es un buen momento para los emprendedores, pues existe más formación que nunca y la demanda de este tipo de trabajos nunca se va a sustituir por una inteligencia artificial o por un robot.
¿Qué es lo que recomiendo a los jóvenes?
Por último, me gustaría compartir una serie de consejos para todos aquellos jóvenes que estén pensando en emprender:
- Fórmate continuamente, y no solo en la materia de tu sector. Aprende finanzas, marketing, ventas, etc. Si te quedas atrás, pierdes.
- Nunca compitas por precio. Repito, nunca.
- Destaca por la calidad. El boca a boca es la herramienta más importante que tendrás al principio. El precio se olvida, la calidad se recuerda.
- Mejora constante. Busca siempre la manera de mejorar en todo; busca la palabra “Kayzen” y te cambiará la forma de pensar.
Yo tengo 28 años y me hice autónomo electricista hace dos años, los principios son duros por falta de clientela pero ahora a pesar de tener cada vez más sigo sin ver un duro, el dinero entra por un lado y sale por otro con tanto gasto e impuesto. Cada vez tengo más claro por qué los jóvenes no quieren hacerse autónomos.