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Inflación, gestión de stocks e incertidumbres

Por Miguel Ángel Jiménez

La situación de excepcionalidad que se ha vivido con la pandemia tomó un nuevo giro inesperado, y a peor, en febrero de este año con la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas. Ahora pocos se aventuran a vaticinar lo que puede ocurrir en la economía global en los próximos meses; casi todos los expertos coinciden en avistar nubarrones en el horizonte y solo difieren en concretar el tamaño y la tonalidad  oscura de estos. Uno de los aspectos clave es que la inflación y el aumento de los precios de las materias primas y los problemas de suministro han provocado un incremento continuado de los stocks en el canal de la distribución profesional.

Esta tendencia, que ya se venía produciendo desde la segunda mitad de 2021, se está acentuando en lo que llevamos de 2022. Pero este fenómeno tiene efectos de todo signo, que pueden tener su reflejo en la evolución del mercado.

Entremos en detalle. El coste de las materias primas está obligando a varias subidas de las tarifas por parte de los fabricantes. Una primera consecuencia es que el distribuidor procede a comprar en previsión de que los precios sigan aumentando y que, sobre todo, los suministros no lleguen y pueda quedarse sin existencias.

El aumento del precio de las materas primas es un factor que está influyendo en el sector de material eléctrico
El ascenso del precio de las materas primas es un factor que está influyendo en la evolución del sector de material eléctrico.

Inflación y su reverso

Por otro lado, con el alza de las tarifas la inflación se traslada así al precio del producto; pero esta misma inflación enmascara la verdadera foto del mercado. Las empresas distribuidoras, en general, aumentan la facturación, aunque quizás el volumen de ventas sea el mismo o poco más. Además, el incremento de precios revaloriza los stocks y aporta margen.

Sin embargo, esto tiene un reverso negativo: se podrían empezar a parar las inversiones o a paralizar determinados proyectos, ya que el inversor o contratista espera que los precios van a bajar tarde o temprano; se está anticipando o dando por sentado que esto va a suceder. El resultado final es que la inflación lleva a un parón del consumo, el motor de la economía se ralentiza, queda gripado.

Stock adecuado, factor diferencial

Ante la paralización del consumo y la estabilización a la baja en los precios de materias primas, diversos directivos de empresas y grupos de distribución señalan que el canal profesional acometerá en el otoño una probable regularización de stocks para no perder inversiones y reducirá su volumen de existencias. El fabricante adecuará también su producción y… ¿veremos entonces ofertas agresivas en precio para determinadas líneas de producto?, ¿cómo actuará el mercado?

No obstante, como contaba en una entrevista reciente Josep Domingo, director general de Aúna Distribución, no se acapara stock por razones especulativas de subidas de precios, que se aprovechan y permiten que las existencias se revaloricen, “sino sobre todo por la incertidumbre en la cadena logística y en la crisis de suministros”, como se exponía más arriba. Se están detectando demoras en las entrega de productos, como es el caso de los inversores solares, que superan los nueve meses, por poner un ejemplo. En suma, contar con un stock apropiado, en volumen y variedad de producto, se erige ya en “un factor diferencial, clave para el éxito de las empresas”, como destacaba Domingo.

Gestión equilibrada de los stocks, factor esencial.
Una gestión adecuada de los stocks en la distribución profesional se erige, más que nunca, en un factor clave.

Gestión de los datos

Es evidente que hay que realizar inversiones en stocks, no solo para aumentar las ventas, sino también para sostener el negocio en el tempo,  y como forma de mejorar el servicio y ganar cuota de mercado.

Pero un elemento fundamental que está entrando cada vez más en juego es la digitalización de la gestión logística. El manejo y gestión de los datos en este sentido, que han de actualizarse y enriquecerse de manera ágil, se convierte en un aspecto crucial; permite, entre otras cosas, adoptar mejores decisiones en la anticipación y previsión de la demanda de los clientes.

Ante la coyuntura actual, con una cadena de suministro tensionada y problemas en plazos de entrega, esta cuestión ganará protagonismo en el tramo final de este año y más adelante.

El otoño se vislumbra pues complicado, sobre todo por las incertidumbres de muchas variables que no podemos manejar; son factores exógenos al sector. Una buena receta para navegar en los próximos meses sería centrarse en lo que podemos controlar internamente: un atención comercial óptima, calidad en el producto, asesoramiento adecuado, etc.; es decir, un buen servicio al cliente.

Me despido de vosotros, pacientes lectores que estáis al otro lado, hasta septiembre. Que disfrutéis de este verano tórrido y que podáis desconectar allá donde estéis. Aburrirse también es sano y viene bien para la creatividad.

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