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Digitalización, sí, pero mañana

Por Miguel Ángel Jiménez

Hace bastantes años disfruté de una semana de vacaciones en las Rías Altas, en la zona norte de Galicia. Un día, en las afueras de la localidad de Cedeira, pregunté a la persona que atendía la estación de servicio cuál era el camino más rápido para llegar a La Coruña; la respuesta –como no podía ser de otra manera (tengo amigos gallegos)– fue la consabida: Depende. Me lo merecía. Pues en este sobado mantra de la digitalización podríamos decir que pasa algo parecido, en función de a quién preguntes.

No obstante, parece que la opinión que se está imponiendo, al menos en el sector de material eléctrico, que es el que suele ocuparnos, es que cuanto más rápido se realice esta transformación digital, mejor. O sea, el mensaje que se difunde es que ya estás tardando. En concreto, en el canal de la distribución profesional hay diversas voces que vaticinan que la empresa que no haya acometido una digitalización eficaz, en el plazo de tres o cuatro años, corre el riesgo de ser irrelevante; o incluso de desaparecer del mercado.

Pero en este contexto de cambio hacia lo digital surgen muchas dudas, las organizaciones empresariales tienen claro algunas cosas, pero desconocen otros aspectos y, en muchos casos, no se sabe hacia dónde orientar el rumbo. Demasiada información que absorber y numerosas dudas acerca de por dónde empezar.

la transformación digital engloba numerosos aspectos.
Muchas empresas no saben por dónde avanzar en el proceso de su transformación digital.

La inercia en un sector conservador

En general, las corporaciones de gran dimensión, aunque menos ágiles, sí que han adoptado un plan de ruta más o menos claro, pero las pymes y micropymes (instaladoras y también mayoristas distribuidores) afrontan numerosas dificultades para acometer esta modernización, que creen necesaria; pero no encuentran la pausa suficiente para llevarla a cabo en la vorágine del día a día.

Quizás sea debido a que el sector de material eléctrico se caracteriza por ser bastante conservador; en muchas empresas, la transformación digital es algo que se va procrastinando, o se van realizando pequeños parches para salir del apuro cuando es preciso para algún fin concreto: iniciar una cuenta en una red social, o lanzar una nueva web, o facilitar un whatsapp para pedidos. Hasta hace pocos años este periodista escuchaba en algunos foros que la digitalización “había que tomarla con calma”, que “ya se iría viendo con el tiempo”, o que “se aprendería de los errores de otros”.

Casi se podría aplicar la máxima del humorista José Mota: “Transformación digital, sí, pero mañana”. No somos conscientes a veces de que esta transición digital ya no es una alternativa en la segunda década del siglo XXI.

La oportunidad del ‘Kit Digital’

Pero esta transición hacia el ámbito digital no va a producirse de manera mágica, es evidente que hay que dedicarle tiempo y recursos. Como ha indicado acertadamente Natxo Ivorra, secretario general de APEME, en un reciente post: “digitalizar pensando en ahorrar costes es un mal comienzo”. Debe concebirse como una inversión que permitirá dar un salto en productividad y eficiencia a nuestra empresa.

Esto se podría comparar con lo que ha ocurrido en el mundo editorial. Las empresas de medios de comunicación han tenido que transformarse a pasos agigantados para sobrevivir en esta transición, sin saber dónde se encuentra la meta. Una empresa de medios sectoriales como C de Comunicación ha tenido que afrontar inversiones importantes para convertirse en una herramienta informativa útil para los profesionales de distintos segmentos industriales, mejorando incluso la calidad informativa anterior. Nadie dijo que fuera fácil. Una de las claves es buscar socios que te acompañen en el camino y avanzar.

En este escenario, para facilitar esta transición, el Gobierno ha puesto en marcha el programa ‘Kit Digital’, dirigido a impulsar la digitalización de pymes y autónomos. Una iniciativa que está dotada con un presupuesto de 3.067 millones de euros para el periodo 2021-2023. Bien aprovechadas, las cantidades destinadas a implantar una empresa más digital pueden ser el comienzo para un cambio más integral. Para ello se ha creado la figura del agente digitalizador (como Hacemos Cosas, firma del Grupo C de Comunicación), que ayuda y asesora a las empresas en este ámbito. Como declaraba a principios de año nuestro colaborador Juanjo Catalán, 2022 es el año clave para la digitalización de las pymes.

Comercio electrónico y digitalización
El comercio electrónico es una parte importante de la transformación digital, pero esta va más allá.

Un cambio cultural

Nos hallamos pues en un debate intenso en el sector con muchas derivadas. El Área de Material Eléctrico de C de Comunicación realizó una encuesta entre sus lectores profesionales, en noviembre de 2021, donde se preguntaba: “De estas tres transformaciones, ¿cuál crees que es más importante para el futuro de tu empresa y del sector?”; el 70 % respondió que lo más importante es la Transformación Cultural (organización y personas), frente a la transformación digital y la energética.

Podría matizarse que el cambio digital implica un cambio cultural que afecta a todos los departamentos de una empresa, desde comercial y logística, hasta marketing y atención al cliente. Es una visión transversal que afecta a muchos procesos para que la organización sea más eficiente y rentable.

Por otro lado, la digitalización va más allá del comercio electrónico, aunque este es un aspecto muy importante. Volviendo al segmento de la distribución profesional, desde diversas instancias se habla de que en un periodo de cuatro o cinco años el porcentaje de ingresos online de la facturación global del sector debería ascender a más de dos dígitos; cuando ahora esa proporción no llega en muchos casos al 3 %. ¿Es razonable ese plazo?, ¿es demasiado optimista?, ¿o se queda corto?

Lo único claro es que para crecer y que no surjan otros actores por el camino que se apropien de esta parcela y nos adelanten, hay que invertir con prudencia pero sin miedo, hacer cambios y tratar de asesorarse bien y asimilar el aprendizaje propio y de terceros.

De lo que no hay duda es que el ritmo, y el acierto, con que se realice esta transformación digital también va a ser clave en el éxito de las empresas en los próximos años.

Que tengan una buena semana. No sean tímidos en sus comentarios.

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