Durante todo el año 2022 y prácticamente el primer semestre de 2023, no había día en el que no viera, cada vez que iba o volvía de mi casa a la oficina, un nuevo tejado luciendo con orgullo su instalación de fotovoltaica para autoconsumo.
Era normal, veníamos de una situación de carestía del famoso “MWh”, ese nuevo término que los ciudadanos añadieron a su vocabulario para soltarlo en las charlas de barra de bar, como alternativa a la conversación del tiempo o del partido del día anterior. Me recuerda, en parte, a cuando también aprendimos a hablar de la “prima de riesgo”
Con precios rozando los 400 euros/MWh (agosto 2022), y el foco mediático recordándonoslo constantemente (donde incluso se hablaba de la posibilidad de “el gran apagón”), las familias veían la fotovoltaica para autoconsumo como la gran solución para rebajar la factura de la electricidad (y no tanto por la conciencia medioambiental), llevadas en volandas igualmente por los esfuerzos vendedores de las comercializadoras, donde todas y cada una de ellas sacaba una oferta más atractiva que la anterior… “Súmate al autoconsumo sin inversión inicial”, decían algunas.
Y claro, entre el coste de la factura, el temor a la incertidumbre y las ayudas estatales, municipales, etc., comenzaron a florecer placas por doquier, llenando los tejados de instaladores que no daban abasto a cubrir toda la demanda que tenían, dando plazos de casi medio año para comenzar con la siguiente instalación.
Pero llegó la “excepción Ibérica” y, en paralelo, un apaciguamiento de la demanda de energía, la revolución y “mega demanda” energética post-covid ya estaba volviendo a la normalidad y los efectos catastróficos que en materia de energía se pronosticaban por la invasión rusa de Ucrania parecían que no eran tal, entre otras cosas por la suavidad con la que llegó el invierno a Europa. El MWh empezó a desinflarse (con precios incluso más bajos que antes del Covid), y, con ello, se empezaron a desinflar también miles de tejados que ya no querían ver placas colocadas sobre ellos.
Por su parte, el foco mediático roló 180 grados, siendo entonces el gran protagonista el tener franjas a lo largo de cada día con precios de MWh a cero euros.
Y con estos ingredientes, tal y como comentaban el otro día en el IV Foro de Autoconsumo de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), es prácticamente imposible cubrir nuevos tejados con autoconsumo, porque un precio de MWh barato, aniquila cualquier proyecto que quiera plantearse, al menos, en el corto plazo.
Ahora, cada día que salgo de casa pienso en mi vecino, que sigue pagando cada mes la cuota del crédito que solicitó para financiar su instalación fotovoltaica -cercana a los 18.000 euros-, mientras ve en las noticias que hoy, la luz, sale gratis…