Hoy me estreno como bloguera para escribir sobre la llamativa simbiosis que se está produciendo entre la domótica y los jóvenes. En los últimos años, el mercado de la automatización de edificios y viviendas se ha convertido en un foco de atracción para las nuevas generaciones que, además de ser más receptivas a la adopción de tecnologías emergentes, suelen utilizar equipos inteligentes y dispositivos conectados en su día a día.
Los jóvenes somos depredadores de tecnología (y me incluyo). La Generación Z trajo consigo un cambio de paradigma y una forma diferente de relacionarse con el mundo, sobre todo el digital. Quizá sea un buen argumento que explique por qué las nuevas generaciones encuentran en la domótica una gran oportunidad para iniciar un nuevo negocio o, incluso, para abrir una nueva línea de actividad en el negocio tradicional. Es una pareja perfecta; un tándem natural.
Al atractivo derivado del alto componente digital, se suman las ambiciosas salidas laborales que ofrece esta industria. Sin ir más lejos, la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD), que va a velocidad de vértigo después de los tres trílogos del 6 de junio, 31 de agosto y 12 de octubre, recogerá, entre otras novedades, el control y automatización inteligente de los inmuebles.
Los jóvenes dedican más tiempo a la domótica en las ferias
De igual modo, los propios fabricantes, como Delta Dore, observan un crecimiento en el número de jóvenes que visitan las ferias del sector y gremiales. Éstos dedican más tiempo en los eventos y stands de las empresas que presentan este tipo de soluciones electrónicas y de inteligencia artificial.
Un claro ejemplo fue la mesa redonda ‘Innovaciones en domótica y automatización del hogar’, que se celebró el jueves 19 de octubre en Efintec. La mayoría de los participantes eran estudiantes de Formación Profesional que asistieron para conocer cómo la tecnología está transformando la forma en la que los usuarios finales interactúan con los hogares.
Desde el Instituto Tecnológico de MasterD también confirman este fenómeno. Como dato reseñable, el centro de formación cuenta este año con 200 alumnos matriculados en el curso de domótica, de los cuales un 80 % tienen entre 18 y 30 años.
Un soplo de aire fresco
En mi opinión, esta tendencia actual es un soplo de aire fresco para el sector de material eléctrico, cuya cadena de valor (fabricantes, distribuidores e instaladores) arrastra serios problemas en lo que a captación y retención de talento joven se refiere. Como consecuencia directa, la edad media de los trabajadores aumenta y el relevo generacional se torna cada vez más complicado.
Como consecuencia indirecta, el avance en la transición energética se ralentiza, un asunto de vital importancia para la sociedad y el planeta.
Yo lo tengo claro: la domótica seduce a los jóvenes, ofreciendo un halo de esperanza a la alarmante situación de escasez de profesionales. Y tú, ¿qué opinas?