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la transición energética debe ser digital

Transición energética en 2023: lo viejo y lo nuevo

Por Juanjo Catalán

En una de sus frases más célebres Bertolt Brecht decía: “La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”. Podríamos decir que la transición energética afronta en este ejercicio una evolución similar que refleja esta sentencia.

Tras el drama humanitario que está sufriendo Ucrania, Europa acaba de descubrirse vulnerable y amenazada. La vieja Europa ha dejado de ser un referente para el resto del mundo. No entendemos que nuestras preocupaciones sobre el cambio climático no sean compartidas como una prioridad en otras culturas.

Tiempos de energía y geopolítica

La historia, la geografía y la rivalidad geopolítica diplomática, militar, económica e ideológica recobran un protagonismo decisor que quizás muchos ya teníamos algo olvidado. La energía, los alimentos, la ciencia, la tecnología y las materias primas dejan de compartirse en un mercado que está alejándose de ser global y sometido a reglas comunes. El liderazgo mundial se desplaza a Asia.

Volviendo la mirada hacia la historia. El siglo XIX fue el liderado por los imperios, el siglo XX por las naciones y el XXI será liderado por nuevas regiones económicas transfronterizas. Nos encontramos en una encrucijada donde la transición energética marcada por Europa se basa demasiado en fines y poco en medios para alcanzarlos; y eso hace que no avance a la velocidad adecuada.

Guerra en Ucrania, de gran impacto en la dependencia energética en Europa
La guerra de Ucrania ha puesto en relieve nuestra vulnerabilidad energética.

El actual conflicto bélico entre Ucrania y Rusia nos ha mostrado la dependencia energética que tenemos de otras zonas del mundo. Si algo caracteriza el talento humano es que surge cuando más se necesita. Ahora ya nadie duda de que tenemos que acelerar los retos que teníamos para 2030, ya que estamos padeciendo hoy el considerable retraso que llevamos.

Hoja de Ruta hacia la electrificación

Cuánto hemos hablado y escrito acerca de que el futuro será más eléctrico. Hoy ya lo es, pero necesitamos que lo sea mucho más. Precisamos que las estrategias se concentren en una mayor electrificación, desde un decidido impulso a las energías renovables, la movilidad eléctrica o el almacenamiento de energía, hasta la mejora de la eficiencia energética y el desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrogeno verde. Pero todo ello no será posible sin la digitalización. Si mi primer artículo de este blog decía que el instalador eléctrico será digital o no será, en este digo que la transición energética será digital o no será.

En mi anterior post abordaba la importancia de reindustrializar España. El motivo es que el sector industrial será clave para mejorar la eficiencia y la productividad con la automatización y el análisis de datos para realizar un mantenimiento predictivo o sacar provecho de un software de gestión energética. Datos que serán necesarios en la gestión inteligente de la demanda en edificios, comunidades energéticas y allí donde haya un flujo energético. En definitiva, en un mundo cada vez más digitalizado, donde los equipos se comunican e interactúan entre ellos, es tan necesario disponer de herramientas tecnológicas como de personas preparadas para analizar los datos y actuar con acierto.

La transición energética no tiene sentido sin la digitalización
La transición energética será digital o no será.

Otros factores a sumar serán el disponer de una regulación que aporte seguridad al sector y a los inversores. Que elimine incertidumbres pasadas y una Administración Pública más ágil y diligente, que no obstruya los proyectos viables.

Reskilling de muchos profesionales y retener el talento

Es preciso realizar el reskilling o reciclaje formativo de muchos profesionales y hacer atractivo nuestro sector a los niños y niñas de la ESO. Y también pagar mejor a nuestros ingenieros y técnicos.

El futuro va ser un mix de energías con una larga lista de alternativas posibles. No en vano el sector energético es uno de los más innovadores y avanzados tecnológicamente. Pero tiene ante sí el reto de preparar profesionalmente a miles de personas para su implementación. Desde personas en el umbral de la jubilación que tienen que reciclarse para estar activos en sus últimos años de vida laboral, a los chicos y chicas de poco más de diez-doce años que tenemos que captar para garantizar el relevo necesario, con especialidades y tecnologías que no todavía no existen.

Más que nunca ahora la Transición Energética es la solución a muchos problemas económicos estructurales que tiene el país y una oportunidad para ganar posiciones en el contexto europeo. Debemos retener el talento, valorando y renumerando mejor a nuestros técnicos e ingenieros. De este modo, se evitará que tengan que marchar a otros países como Alemania, donde tienen el adecuado reconocimiento y se les paga mejor. De este modo, impediremos una pérdida de activo imprescindible. Además, debemos dedicar más recursos y atención a la ciencia, a la tecnología y a la minería en busca de nuevas materias.

En 2023 hemos alcanzado una generación de electricidad muy avanzada, con más del 70 % de GW descarbonizados, incluido un 20 % de energía nuclear, que tiene su clausura prevista a la vuelta de la esquina, entre 2027 y 2032. Este reto resulta asumible en función de la penetración que están teniendo las renovables, que, además, mejorarán la competitividad de la electricidad. Sin embargo, esta producción se debe ver aumentada ante las cotas de producción de Hidrogeno Verde que tenemos en perspectiva. Otro desafío supone la flexibilización del sistema eléctrico. Este desafío abre otro debate, el del futuro del almacenamiento a pequeña y gran escala.

Si bien el Hidrogeno Verde puede ser la solución para los consumos intensivos de energía, para ganar capacidad y flexibilidad en la demanda directa de electricidad la solución es la maduración tecnológica de las baterías, que está avanzando mucho en muy poco tiempo. Tenemos delante un impresionante mercado para los próximos meses y años. Con ello, pasar de consumidores a prosumidores estará mucho más cerca.

El relevo generacional es un factor de alarma en el sector energético y de las instalaciones técnicas.
Con todo el sector en alarma por el incierto relevo generacional, debemos aunar experiencia con nuevas ideas y capacidades.

Descarbonizar la demanda final energética, una asignatura pendiente

Parece que el reto de que toda nuestra electricidad sea renovable se esta resolviendo con buena nota. Lo difícil será descarbonizar el resto de la demanda final de energía puesto que en la actualidad la electricidad cubre únicamente poco más del 30 %. Desplazar a los hidrocarburos aún supone un tremendo desafío. Por ello, además de la incorporación del hidrógeno verde, habrá que configurar un mix donde participen biocombustibles y biogás en aplicación de la economía circular junto con una amplia mejora de la eficiencia energética.

Cabe una reflexión no solo en clave ambiental, que no es poco, sino más amplia. Un análisis que incluya el impacto social y económico que todo ello supone porque sin ello todo quedará en aspiraciones más que en realidades. Tengo muchas esperanzas en que la ESG “Enviroment Social Gobernance” establezca un antes y un después respecto a la responsabilidad que las empresas tengan sobre su impacto ambiental. En un principio solo afecta a las grandes empresas. No obstante, su efecto es extensivo a las pymes que están en las cadenas de suministro al verse condicionadas a reducir su huella de CO2 en sus procesos.

En definitiva, necesitamos ampliar nuestra perspectiva energética e integrarla en un contexto social, económico y geopolítico. Debemos dotarnos de optimismo de superación y en esta gran oportunidad hacer que las cosas pasen. Y pensar que podemos ser en muchas cosas un referente para el resto de Europa. Y así quizás contribuir a que Europa vuelva a ganar posiciones en un mundo y para que este mundo cambie su tendencia y sea menos “VUCA” (volátil, incierto, complejo y ambiguo).

Dejemos atrás todos los lastres del pasado y abramos la puerta al futuro recordando a Bertolt Brecht.

Como me despido siempre. A todos los que todo esto os interesa, os espero en mis próximos artículos. ¡Hasta pronto!

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