La transformación digital está suponiendo un antes y un después en la manera de almacenar y transformar la energía. En este nuevo contexto energético, el consumidor se convierte en el eje fundamental sobre el que construir nuevos modelos de negocio, donde el instalador tiene una gran oportunidad de desarrollo aprovechando la proximidad que siempre ha tenido con el cliente, aunque sin olvidar que es tan grande la oportunidad que no faltarán nuevos entrantes que pueden arrebatarle una parte importante de este “apetitoso pastel”.
La digitalización en el sector eléctrico permitirá al consumidor desempeñar un papel más activo en la mejora de la eficiencia energética y dará lugar a nuevos modelos de negocio al tiempo que mejorará la calidad del suministro.
Todos los grandes operadores energéticos y las comercializadoras están estudiando sus posibilidades en este nuevo gran mercado muy expectantes y, a la vez, actuando ya en previsión de los posibles cambios regulatorios que puedan acontecer.
El factor clave se sitúa en la capacidad que los distintos ofertantes de servicios puedan tener y ejercer en lo que se refiere a excelencia en la calidad de la atención al cliente. La digitalización en el sector eléctrico debe redundar en la mejora de la experiencia del cliente con la factura eléctrica, dotándole de mayor información para poder ser más eficiente en sus hábitos de consumo.
Esta trasformación digital confiere un papel más activo del consumidor para la mejora de la eficiencia energética, siendo crucial para cumplir con las perspectivas de evolución del nuevo modelo energético. Además, cabe destacar la importancia de la digitalización para una gestión más eficiente de las redes. Mayor seguridad en el suministro, ahorro de costes o mayor rapidez en la reparación de averías en remoto, son una realidad con el uso de las redes inteligentes.
La revolución de la digitalización en el sector eléctrico
En los próximos meses los temas que, sin duda, van a estar sobre la mesa serán la dimensión del impacto de la digitalización en el sector energético, las tecnologías utilizadas (Big Data, IoT o internet de las cosas), la inteligencia artificial y cómo se va regulando e integrando en nuestra industrias y edificios. Bien hará el instalador en seguir de cerca todos estos temas y adquirir nuevas competencias tanto en la resolución de problemas técnicos, desarrollo de nuevos servicios y, lo que es sumamente importante, estrechar la relación con el cliente proporcionándole las llaves para que ejerza adecuadamente su papel de consumidor activo “Prosumer”.
El contador digital se convierte en la pieza clave, como herramienta imprescindible en la recogida de datos: reducción del tiempo en la reparación de averías (en remoto), ahorro de costes, mantenimiento predictivo y, de modo indudable, otras muchas funcionalidades que paulatinamente se irán agregando.
En relación a los nuevos modelos de negocio derivados de las demandas actuales del cliente digital, su papel cada vez más activo, así como su necesidad de una mayor atención continuada, obliga y con ello ofrece al instalador la oportunidad de cambiar radicalmente la forma de relacionarse con el cliente y evolucionar hacia un servicio integrado para él mismo, al tiempo que ponerlo en valor.
El instalador debe evolucionar hacia un modelo de interacción global con el cliente a través de diversos canales: página web, apps, chats, alertas de consumo, etc. Tendrá que trabajar mucho sobre la “Experiencia Cliente”, gestionando de forma apropiada cada perfil de consumo energético para aumentar las prestaciones.
Hoy, para cualquier profesional, el cliente debe estar en el centro de todo lo que hacemos, para mejorar su experiencia con nosotros. Ahí se encuentra el centro de la oportunidad. Seguiremos hablando de ello.