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Mal comportamiento

Por Juan Manuel Fernández

Cuento una experiencia personal de mal comportamiento por parte de dos profesionales, uno de ellos instalador eléctrico, para que ayude a reflexionar a un colectivo que necesita mejorar su imagen cuando se trata de realizar trabajos de reparación en domicilios particulares.

Se trata de una filtración de agua en mi domicilio que provoca la caída de una parte del techo de escayola y un cortocircuito provocado por el agua en la instalación de alumbrado. No entro en más detalles porque lo relevante es la actuación de dichos profesionales, teniendo en cuenta además que la reparación se realiza en tiempos del COVID-19.

Ambos llegaron a casa a primeros de mayo, en días diferentes. Mi mujer y yo estamos presentes cuando llegan a casa y les recibimos con sendas mascarillas quirúrgicas. El comportamiento de uno y otro fue como sigue:

Profesional 1

  • Aparece con un mono de trabajo bastante aseado y con una mascarilla FPP2 colocada debidamente.
  • Llega puntual
  • Se presenta, da los buenos días y se interesa por dónde se encuentra la avería.
  • Trae las herramientas y el material necesario para la reparación.
  • No se cambia de calzado y no se limpia el que trae en el felpudo de la puerta.
  • Hace su trabajo y pregunta dónde le firmamos el parte correspondiente para el seguro.
  • Recoge aceptablemente los recortes de material sobrantes y limpia de aquella manera lo que ha manchado.
  • En ningún momento se quita la mascarilla, pero con las manos desnudas toca por aquí y por allá.

Profesional 2

  • Lleva un mono con varias horas de trabajo en la tela y una mascarilla quirúrgica en el cuello.
  • Llega media hora tarde pero solo se justifica cuando le pido explicaciones.
  • Se presenta y pregunta dónde está la avería.
  • No trae todo lo que necesita y tiene que bajar a la furgoneta a recogerlo.
  • No se cambia el calzado ni se lo limpia en el felpudo en ninguna de las dos ocasiones.
  • Hace su trabajo y planta el parte correspondiente, para que se lo firme, en la encimera de la cocina.
  • Recoge de aquella manera el material sobrante y “limpia” lo que ha manchado.
  • En ningún momento se coloca la mascarilla correctamente y toca sin guantes todo lo que pilla.
  • Cuando le afeo la conducta me dice que él con mascarilla y guantes no puede trabajar.
Cuando hablamos de trabajos en domicilios domésticos es importante que el aspecto del instalador sea cuidado. Si esto no es así y le sumamos un mal comportamiento, la imagen de un trabajo que se supone bien hecho queda fatalmente rebajada ante el cliente.

Reflexiones que comparto

Hay diferencias entre uno y otro, pero los dos cometen los siguientes errores de base en una situación como la que nos ha tocado vivir:

  • No se cambian de calzado al entrar en un domicilio particular.
  • No llevan guantes ni se lavan las manos y tocan todo sin ningún tipo de protección.
  • No muestran temor alguno a contagiarse del virus.
  • Hacen bien su trabajo pero dejan tras de si un rastro que rebaja la percepción de profesionalidad.
  • No hablan bien de sus empresas, más bien lo contrario.

El Profesional 1, por lo menos lleva mascarilla y es un poco más cuidadoso. El Profesional 2 pasa de todo y deja claro que él va a lo suyo y que si no te gusta, te aguantas.

Ninguno, me temo, ha tenido en cuenta que entrar en un domicilio particular supone una cierta violación de la intimidad de sus ocupantes y que todo lo que sea aseo personal, demostrar cuidado en sus tareas o pedir permiso son elementos que, sumado a un trabajo que se supone bien hecho, influye de manera crucial en la imagen que deja en el cliente. Ninguno, en suma ha sido consciente de su mal comportamiento.

En mi opinión, a la imprescindible formación técnica que se requiere para cualquier oficio, se debería añadir un módulo de cómo comportarse en casa de los clientes -sean o no particulares-. Las asociaciones de instaladores tienen un importante papel en conseguir mejorar la imagen de sus profesionales.

Muchos de los que leen este post seguro que tienen coche y les encanta, como a mí, que cuando lo llevan a un taller para una revisión, arreglar un golpe de chapa o una avería mecánica, se lo devuelvan reparado y tan limpio y reluciente como si lo acabaran de sacar de un lavacoches. Pues eso.

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AUGUST SERRA I FERRER
AUGUST SERRA I FERRER
21/05/2020 07:36

ES EVIDENTE QUE NO TODO EL MUNDO HA INTERIORIZADO LOS COMPORTAMIENTOS ADECUADOS PARA TRATAR PANDEMIAS DE ESTA NATURALEZA Y LAS ASOCIACIONES TIENE CAMINO POR RECORRER. PERO SOLO TRES COMENTARIOS:
1. EL PROFESIONAL ESTA PARA HACER SU TRABAJO DE LA MANERA MAS PROFESIONAL POSIBLE. SI LLEVA MASCARILLA BIEN COLOCADA, ROBA ASEADA DEL DÍA, MANTIENE DISTANCIA CON EL CLIENTE, RESUELVE BIEN LA AVERÍA Y DEJA LIMPIO EL ESPACIO, CREO QUE SU ACTUACIÓN ES DE NOTABLE. SI AL ENTRAR EL PROPIO CLIENTE LE HUBIERA INDICADO QUE TIENE UNA ALFOMBRA CON DESINFECTANTE PARA LIMPIEZA DEL CALZADO Y QUE TIENE GEL DESINFECTANTE PARA TRACTAR LOS ELEMENTOS “TOCADOS” POR EL MISMO, CREO QUE SE HUBIERA CONSEGUIDO UN RESULTADO MEJOR. PERO LA RESPONSABILIDAD DEBE SER COMPARTIDA EN MI OPINIÓN.
2. EL CENSO DE EMPRESAS INSTALADORES EN ESPAÑA SUPERA LAS 20.000 ENTRE ELÉCTRICOS Y FONTANEROS. EXTRAPOLAR ESTA VALORACIÓN POR UN SÓLO CASO A TODO UN COLECTIVO ME PARECE UN POCO ATREVIDO.
3. LO DE HABLAR MAL DE SU EMPRESA SI QUE ME CONSTA QUE PUEDE SUCEDER Y ES MUY PERJUDICIAL PARA SU IMAGEN. LAS EMPRESAS DEBEN TRABAJAR EL TEMA DE COMUNICACIÓN CON SUS EMPLEADOS. ELEMENTO A MEJORAR.

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