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Energía solar fotovoltaica en España: ¿un nuevo futuro?

Tras varios años de parálisis, de auténtica moratoria renovable habida entre 2011 y 2016, la energía solar fotovoltaica vuelve a recuperar impulso en España. Durante el pasado 2018 y especialmente en el presente 2019, se han incrementado sustancialmente las instalaciones fotovoltaicas, gracias a las expectativas que ha creado la eliminación del denominado impuesto al sol y la progresiva supresión de trabas burocráticas, propiciadas por el nuevo marco legal establecido por la actual administración en los Reales Decretos 15/2018 y 244/2019.

Los efectos que están teniendo esos cambios legales se empiezan a notar. En efecto, si analizamos la potencia instalada en los últimos años, encontramos los siguientes datos:

2016: 55 MW / 2017: 135 MW / 2018: 262 MW

¿Un posible nuevo boom de renovables?

Además, hacia finales del presente año se habrá finalizado la conexión de una buena parte de nuevas grandes plantas a la red y con ello recibirá un fuerte impulso este tipo de energía renovable tras los años de parón señalados. Hasta el 31 de julio de este año, las nuevas instalaciones de energía solar fotovoltaica se han incrementado en más de 1.100 MW de nueva capacidad añadida al sistema. Según los datos de Red Eléctrica de España (REE), la energía solar fotovoltaica tiene una potencia total instalada de 5.817 MW, cuando a finales de 2018 se situaba en 4.714 MW:

Datos de Red Eléctrica de España, operador del sistema eléctrico y del transporte de electricidad.

Se trata del mayor ritmo de crecimiento de esta fuente de energía en España desde 2008, cuando se instalaron cerca de 2.700 MW de nueva potencia. Es una buena noticia para los que apostamos por esta fuente de energía, pero no exenta de dificultades, ya que el operador técnico del sistema, REE, ha denegado la instalación de 26,3 GW de nueva potencia renovable debido a la imposibilidad actual de los nudos para gestionar la energía que produciría esa nueva capacidad, tanto eólica (5,8 GW) como principalmente fotovoltaica (20,5 GW).

Esto no significa que estos proyectos de renovables no se vayan a instalar en un futuro, pero para conseguirlo tendrán que esperar a la nueva planificación energética 2021-2026, en la que ya está trabajando REE con las comunidades autónomas y el propio Gobierno. Si finalmente se consiguen nuevos puntos de conexión y/o nuevas subestaciones, se facilitaría la entrada de la potencia adicional indicada.

En todo caso, confiemos en que no nos encontremos ante un nuevo boom de renovables no planificado similar al de 2008, cuyas consecuencias seguimos pagando en la actualidad.

Perspectivas optimistas

Al margen de estos problemas, propios de un sistema en crecimiento tras años estancado, las perspectivas de futuro son realmente optimistas. Según el informe “SolarPower Europe’s Global Market Outlook 2019-2023”, España es uno de los países europeos que más potencia fotovoltaica instalará en los próximos años. Las expectativas son muy positivas atendiendo también al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para el período 2021-2030, que prevé la instalación de un promedio de 3 GW de nueva potencia fotovoltaica al año desde 2021, para llegar a un total de 28.000 MW de nueva potencia fotovoltaica instalada al final de la próxima década.

Buena parte de las razones de este auge hay que buscarlas en la reducción de costes que esta fuente de energía viene experimentando desde hace más de dos décadas. La energía fotovoltaica ha reducido sus costes hasta un 95 % en la última década y se ha convertido en una tecnología madura, tal y como muestra el último informe del Fraunhofer Institut for Solar Energy Systems:

Datos del informe del Fraunhofer Institute for Solar Energy Systems.

Autoconsumo y generación distribuida

Según cálculos de UNEF (la asociación sectorial de la energía solar fotovoltaica en España), en la actualidad la inversión de una instalación industrial de 50 kW de potencia se puede recuperar en un plazo de 5 años, dado que la tecnología solar fotovoltaica ya es más barata que las fuentes de energía convencionales (nuclear, gas, carbón). Según estiman en esta asociación, que integra más de 360 empresas y más del 80 % de la actividad del sector fotovoltaico, con el nuevo marco de libre mercado establecido por los Reales Decretos mencionados anteriormente, que no supone cargos ni subvenciones al autoconsumo, la generación distribuida, es decir, el autoconsumo, va a tener un peso cada vez más importante.

El desarrollo de esa forma de producción de energía, la integración de la energía fotovoltaica en la edificación y el incremento de las baterías para almacenar energía, son los principales factores clave que pueden permitir un desarrollo continuado y sostenible en el tiempo para hacer de la energía fotovoltaica un factor de crecimiento, independencia energética y empleo de calidad. Ojalá que todas estas expectativas se cumplan.

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