Si ya es difícil ser empresario en nuestro país, aún más complicado es dedicarse a las instalaciones eléctricas.
A los prolongados periodos que hay que esperar para legalizar una instalación, hay que añadir los océanos de tiempo que hay que cruzar para gestionar un expediente en compañía. Desde que se registra en la plataforma hasta que se finaliza, el instalador tiene que participar en una auténtica gincana: solicitudes de acceso y conexión, visitar la obra, pedir licencia, adjuntar y descargar documentación, consultar el estado del expediente, gestionar la oportuna reclamación… Y lo más complejo: intentar concertar una cita con un técnico.
La participación de las subcontratas, lejos de agilizar cualquier trámite, ha servido para todo lo contrario. Técnicos que no atienden ni llamadas ni consultas, que piden a las empresas instaladoras que realicen las fotografías en obra para no tener que desplazarse; que una vez que se suben las fotografías a las plataformas, vuelven a pedirlas otra vez, que se eternizan en cerrar los expedientes, etc. Todo ha derivado en un clima de crispación por parte de instaladores y de sus clientes, que repercute muy negativamente en la credibilidad de las compañías suministradoras.
Servicio de Interlocución con compañías eléctricas
Somos conocedores de estas incidencias porque en el día a día de la asociación sufrimos las consecuencias de esta mala gestión. Desde APIEM, en numerosas ocasiones, nos hemos ofrecido a colaborar porque somos entidades que necesitan la cooperación mutua. Fruto de nuestra colaboración, pusimos en marcha el servicio de Interlocución con Compañías, que a pesar de todo, ha dado buenos resultados. En el último año hemos resuelto alrededor de 300 expedientes.
Para ello hemos contado con la ayuda de técnicos especializados y designados por las compañías de distribución eléctrica, que han colaborado en todo momento, facilitando la labor tanto de la asociación como del instalador.
Obstáculos que afrontan los instaladores
Respecto a los principales inconvenientes que se encuentran los instaladores, hemos detectado los siguientes:
- 1º) Dificultad para comunicarse con los técnicos de los expedientes y, sobre todo, con los de las contratas.
- 2º) Falta de información sobre el estado del expediente.
- 3º) Tiempos excesivos para revisar documentación.
- 4º) Cuando hay un expediente complicado por alguna peculiaridad del mismo, es imposible quedar en obra con un técnico para darle solución al mismo, dificultando así el trámite.
- 5º) Confusión a la hora de distinguir los trabajos que deben realizar, tanto el cliente como la compañía, en el momento en que el titular recibe las condiciones técnico-económicas. No queda claro cuándo la compañía debe hacerse cargo del coste de modificar sus instalaciones o, como casi siempre suele pasar, le repercute el coste al titular.
- 6º) Plazos excesivos cuando hay que firmar una excepción al Reglamento.
Junto con las reclamaciones a las compañías aseguradoras, esta es la principal demanda que recibimos en APIEM.
Sin avances significativos
Ya hemos concertado diversas reuniones con las principales compañías suministradoras en Madrid y hemos obtenido algún área de mejora, sobre todo en la gestión de las plataformas. Pero lo cierto es que no se aprecian avances significativos.
Si es un problema de personal, solicitamos a los responsables que contraten más técnicos. En APIEM llevamos mucho tiempo reclamando agilidad tanto a la Administración como a las compañías de distribución eléctrica.
Aun así somos optimistas y confiamos en que mejoren las políticas de gestión y podamos conseguir un despliegue más rápido y amplio de las instalaciones energéticas en nuestra región.