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Aclaraciones sobre la potencia reactiva y el blackout nacional
David Jiménez, director técnico de AFME.

Aclaraciones sobre la potencia reactiva y el blackout nacional

Por C de Comunicación

Tribuna de opinión de David Jiménez, director técnico de la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AFME).

El blackout que experimentó el sistema eléctrico a nivel nacional el pasado 28 de abril de 2025 ha abierto un debate muy necesario, pero que debe afrontarse desde una óptica constructiva y posibilista que permita afrontar las políticas de transición energética impulsadas por la Unión Europea.

Si bien todavía no se dispone de una versión oficial sobre el motivo que lo ocasionó, van surgiendo informaciones que apuntan a que la causa más probable fue originada por una sobretensión. Qué produjo esa sobretensión es la cuestión principal a resolver. Entre las que se han ido señalando, aparecen la caída repentina de generación o la potencia reactiva, que, en un sistema tan mallado como es el peninsular, pudieron ocasionar la activación en cascada de los sistemas de protección de algunos centros de producción hasta llegar al “cero” total.

En este sentido, es importante mantener una perspectiva clara del problema para circunscribirlo en su ámbito real: la Red de Transporte.

Funcionamiento del sistema energético español

El sistema energético español funciona en base a la casación entre la demanda y la producción. Con respecto a la producción, se conforma mediante un mix compuesto por las diferentes centrales de generación entre las nucleares, las energías renovables (que incluye la hidráulica), así como otros sistemas o tecnologías como la cogeneración, los ciclos combinados, etc. En cuanto a la demanda, se va monitorizando continuamente en períodos temporales establecidos, de forma que la generación pueda ir reajustándose en base a los datos dinámicos recogidos.

Para garantizar la estabilidad del sistema, Red Eléctrica (REE), como Operador del Sistema (OS), tiene establecidos una serie de procedimientos de operación destinados a regular las medidas necesarias que permitan realizar una gestión adecuada. Uno de estos procedimientos es el llamado “Restricciones Técnicas”, destinado a establecer el proceso para solucionar incidencias como:

  • Incumplimiento de las condiciones de seguridad en régimen permanente y/o tras contingencia, definidas en el procedimiento de operación por el que se establecen los criterios de funcionamiento y seguridad para la operación del sistema eléctrico.
  • Insuficiente reserva de potencia para la regulación y el balance del sistema.
  • Insuficiente reserva de capacidad para el control de la tensión en la Red de Transporte.
  • Insuficiente reserva de capacidad para la reposición del servicio.
  • Incumplimiento de las condiciones de seguridad en la Red de Distribución comunicadas al OS por el gestor de la correspondiente Red de Distribución.

Para la solución de las mismas, se aplican mecanismos diversos basados en determinados medios que define el propio procedimiento. Uno de estos medios son las modificaciones topológicas para regular los flujos de potencia activa y reactiva de la Red de Transporte, como cambios de tomas de los transformadores desfasadores, modificaciones en el ajuste de los dispositivos de control de flujo mediante electrónica de potencia, cambios en las tomas de los transformadores de potencia, conmutación de reactancias y condensadores, y modificaciones en el ajuste de los equipos de control de tensión mediante electrónica de potencia. Dichas actuaciones están circunscritas al ámbito de la Red de Transporte.

A partir de aquí, es importante tener muy presente cómo ha ido evolucionando, principalmente en los últimos cinco años, el sistema de generación, en el que, si bien continúa teniendo un peso muy fuerte la generación centralizada, van apareciendo muchas instalaciones que han pasado a tener consideración de prosumidoras: productoras y consumidoras, volcando sus excedentes al sistema eléctrico a través de una generación distribuida, por ejemplo, las instalaciones fotovoltaicas de industrias o particulares. 

De esa forma, el flujo de energía ya no tiene una única dirección desde la producción (en la Red de Transporte) hasta el consumo (a través de la Red de Distribución), sino que la red debe ser capaz de absorber y redistribuir ese mix energético de forma equilibrada y sin desbalanceo para evitar situaciones inseguras que devengan en un blackout total o en fallos intempestivos por sobretensiones a nivel más local.

Control de la energía reactiva

Por su parte, en la Red de Distribución también resulta fundamental garantizar un control eficaz de la energía reactiva, con el fin de evitar sobrecargas y posibles inestabilidades en la misma.

Habitualmente, el control de la energía reactiva inductiva se lleva a cabo mediante equipos que compensan automáticamente su generación. Con la tecnología actual, es posible gestionar la energía reactiva capacitiva en aquellas instalaciones consumidoras que así lo requieran. Todo ello contribuye a mantener niveles adecuados de generación de energía reactiva, condición que resulta esencial para asegurar la estabilidad del sistema de distribución. En este contexto, resulta clave disponer de un sistema de incentivos que siga fomentando la instalación de sistemas correctivos de generación de energía reactiva por parte de los consumidores conectados a la red.

Cabe recordar que el control de la energía reactiva inductiva o capacitiva conlleva, respectivamente, una disminución o aumento de la tensión. A su vez, debe destacarse que la compensación de energía reactiva de manera ascendente, desde niveles en BT hasta AT, descarga la red, haciendo que el sistema sea más eficiente al reducir pérdidas y disminuir las potencias a generar y transportar.

Por tanto, el correcto control de la energía reactiva es un elemento clave para la regulación de tensión y la mejora de la eficiencia de todo el sistema eléctrico, tal y como se recoge en el Procedimiento operativo 7.4 de control de Tensión de REE, el Código de red europeo en materia de conexión de la demanda (Reglamento UE/2016/1388) y el Código de red sobre requisitos de conexión de generadores a la red (Reglamento UE/2016/631), en los que se hace referencia a la relevancia del control de la energía reactiva como elemento de gestión de la tensión para conseguir objetivos de factor de potencia concretos.

De ahí que sea tan importante diferenciar las medidas necesarias para la gestión de la potencia reactiva en la Red de Transporte de las de compensación de la energía reactiva que, actualmente, están implementadas para proteger a la Red de Distribución, lanzando mensajes adecuados y ajustados al rango de la cuestión y distinguiendo entre las causas que produjeron el blackout en la Red de Transporte de los sistemas de ajuste y balanceo que se aplican a los usuarios de la Red de Distribución, de acuerdo con el nuevo paradigma de generación distribuida.

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