La subasta CESUR desaparecerá el próximo mes de abril y será sustituida por los precios medios del mercado mayorista para fijar el precio de la electricidad a los consumidores domésticos (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor, o PVPC), según ha anunciado el Gobierno. ANAE, Asociación de Consumidores de Energía, señala que, de promedio, el mercado mayorista de la electricidad (OMIE) es bastante más barato que los precios resultantes en las diferentes subastas que se han realizado, superándolos sólo en contadas ocasiones y por poco margen.
No obstante, el mercado mayorista también presenta desventajas –ha resaltado ANAE en un comunicado–. De entrada, “vamos a encontrar en la factura que no vamos a tener el mismo precio para la unidad de electricidad (el kWh) todos los meses, puesto que es un mercado muy dinámico, aunque sabremos que de media anual estaremos pagando menos”. Un carácter volátil que también genera incertidumbre.
Por otro lado, las sospechas de manipulación de este mercado siguen estando presentes y el ejemplo es lo acaecido el pasado diciembre en los días anteriores a la CESUR, “en el que el mercado estuvo tres semanas marcando unos precios totalmente desorbitados y sin explicación racional”, denuncian desde ANAE, donde se dieron argumentos variopintos: que sopló poco viento, que hubo el doble de potencia indisponible de lo normal, etc. La CNMC está pendiente, todavía, de publicar un informe al respecto, “pero está claro que si ahora 26 millones de consumidores tendrán como referencia este mercado, se deberá tener un control estricto de su funcionamiento”, reclaman desde la asociación.
Por último, otro asunto pendiente y que ahora con esta nueva situación cobra la mayor urgencia, es la reforma del mecanismo de formación de precios en la que determinadas tecnologías (como nuclear e hidroeléctricas) obtienen unos beneficios escandalosos y totalmente injustos en comparación al resto de tecnologías, especialmente las renovables. De acuerdo con la asociación, estos beneficios pueden rondar los 3.000 millones de euros anuales.
OMIE es el lugar donde los agentes implicados realizan el intercambio real de compra/venta de energía eléctrica, fijándose unos precios de casación entre oferta y demanda para cada hora del día, todos los días del año. Es pues un mercado donde los participantes forman parte del negocio físico de la electricidad, frente a la CESUR, que constituye un producto financiero donde entraban agencias de inversión y bancos.