La Hoja de Ruta del Autoconsumo prevé, en su escenario más optimista, alcanzar los 14 GW instalados. Sin embargo, Powen estima que el mercado crecerá hasta los 30 GW en 2030. Además, el CEO de la compañía asegura que España tiene la capacidad para ser líder de Europa en este ámbito y exportar energía al resto de países.
La potencia instalada en sistemas de autoconsumo en España se situará entre los 20 y los 30 GW en 2030. Es decir, duplicará las previsiones del Gobierno, pues la Hoja de Ruta del Autoconsumo, elaborada por el IDAE, estima que la potencia instalada se situará entre los 9 y los 14 GW del escenario más optimista.
Así lo puso de manifiesto la semana pasada Powen, la compañía especialista en instalaciones de autoconsumo solar, en un acto celebrado junto a la Unión Española Fotovoltaica UNEF. Allí, José Benjumea, CEO de Powen, calificó estas previsiones de “reales”, atendiendo a la evolución del mercado y a las posibilidades que ofrece España.
“Tenemos el doble de sol que Alemania, de media, 1.700 horas al año; somos el 29° país europeo en cuanto a habitantes por metro cuadrado, por lo que tenemos espacio suficiente y contamos con talento cualificado”, aseguró José Benjumea.
Esto, unido a los fondos Next Generation, ayudará impulsar el autoconsumo y generar riqueza a largo plazo, auguró el CEO de Powen. Y es que, desde su punto de vista, España tiene la oportunidad de ser líder de Europa en generación solar y exportar energía al resto de países.
A la popularización del sector fotovoltaico también ha contribuido de forma determinante el incremento de la competitividad gracias a los avances tecnológicos y la rebaja de los precios: “Los costes se han reducido un 90 % en 10 años”, aseguró, por su parte, Rafael Benjumea, presidente de UNEF.
Por último, el máximo dirigente de esta organización recordó que la potencia instalada en autoconsumo creció el pasado año en más de 1.203 MW. Por sectores, el doméstico representa un 32 % de la potencia instalada, el industrial el 41 % y el comercial el 26 %. Además, volvió a insistir en la necesidad de simplificar, digitalizar y homogeneizar las barreras administrativas, así como en desarrollar un marco ‘facilitador’ para las comunidades energéticas.