La actuación, que comenzará a finales de 2022, contempla el reemplazo de 1.600 luminarias y la instalación de una herramienta de gestión inteligente y de un sistema de autoconsumo, entre otras medidas. El objetivo, conseguir una mejora de al menos una letra en la calificación energética del edificio y una reducción mínima del 30 % en el consumo energético.
El Ministerio de Defensa ha anunciado una inversión de 25 millones de euros procedentes de los fondos Next Generation EU para mejorar la eficiencia y el consumo energético del Hospital Gómez Ulla de Madrid, que recientemente conmemoró su 125 aniversario.
El plan contempla actuar en cuatro áreas específicas: mejora de la iluminación interior (4,1 millones), modernización del alumbrado exterior (168.000 euros), adecuación de los sistemas de climatización (4,3 millones) y mejora del aislamiento térmico y la eficiencia energética de los edificios (apartado al que se destinan casi 16 millones de euros).
Según explican fuentes de Defensa, el plan, que actualmente se encuentra en fase de contratación de la asistencia técnica para la redacción de los proyectos, se desarrollará en dos fases de 11,1 y 13,4 millones de euros, respectivamente, que se ejecutarán durante los dos próximos años, aunque el objetivo es iniciar las obras a finales de 2022.
Más detalles de la actuación
Según han confirmado fuentes del Ministerio a este medio, en el interior del hospital se sustituirán todos los fluorescentes por soluciones led (aún por concretar). En total, el estudio inicial contempla el cambio de 1.600 luminarias. Además, estas mismas fuentes precisan que se prevé instalar un “sistema electrónico inteligente de control y gestión de las instalaciones”.
Por su parte, en el exterior se reemplazarán las actuales luminarias halógenas por luminarias led. Asimismo, explican fuentes de Defensa, el proyecto “considera” la incorporación de sistemas de energías renovables para el autoconsumo, “por ejemplo, paneles fotovoltaicos“, aclaran.
Y es que el objetivo final del proyecto es conseguir una mejora de al menos una letra en la calificación energética del edificio y una reducción, como mínimo, del 30 % del consumo de energía primaria de los sistemas afectados por la actuación.
