Las normas de ecodiseño de la nueva ley abren las puertas a reinsertar más del 80 % de los componentes de una lámpara en el proceso productivo. Además, recalcan desde Ecolum, se fomentará el diseño y la fabricación de productos y se tendrá en cuenta "la responsabilidad ampliada del productor".
La nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular está en vigor desde el pasado 10 de abril. La normativa sustituye a la anterior de 2011 y supone una transposición de la Directiva Europea 2018/851. A continuación, repasamos sus principales claves y cómo afectará al reciclaje de aparatos eléctricos de la mano de la Fundación Ecolum.
Uno de los cambios más significativos de esta nueva normativa es “el fin de la condición de residuo“, explican desde Ecolum. El objetivo es mantener en uso productos y componentes el mayor tiempo posible para reducir la generación de residuos y dar forma al modelo de economía circular.
Ecodiseño
Por ejemplo, en la iluminación, el ecodiseño abre la puerta a reinsertar en los procesos de producción más del 80 % de los componentes de una lámpara y más del 90 % en el caso de una luminaria.
El fomento del diseño, la fabricación y la utilización de productos y componentes que sean eficientes en el uso de recursos es otro “hito” que valora de manera positiva la fundación. Estos productos deberán ser duraderos, fiables, reparables, reutilizables y actualizables, tanto en lo que se refiere a los aparatos eléctricos y electrónicos como en pilas y acumuladores.
Responsabilidad del productor
La nueva ley de residuos también recoge la conocida como “responsabilidad ampliada del productor” (RAP). De esta manera, se vigilará la responsablidad tanto de empresas establecidas en el territorio de la Unión Europea, como de usuarios con contratos a distancia. Las plataformas de comercio electrónico también deberán asumir las obligaciones financieras y de información, en el caso de que sean consideradas como productores.
La Fundación Ecolum ha valorado de manera positiva la entrada en vigor de este nuevo marco normativo, que no es una moda pasajera, “sino un modelo económico posible que nos ayudará a reducir la dependencia de las importanciones”. Además, “generará nuevos puestos de trabajo, y una innovación en modelos de negocio que hasta ahora no hemos conocido, basados en el derecho a la reparabilidad de los productos o el ecodiseño”.