El Banco de España señala en su primer informe de 2022 que el impacto macroeconómico del conflicto será “más intenso” en este segundo trimestre. En general, la cotización de las materias primas desciende respecto a hace 20 días, aunque su coste se mantiene por encima del que registraban antes del inicio de la guerra.
El Banco de España ha verbalizado un temor que se venía extendiendo como la pólvora entre los agentes del sector eléctrico desde el inicio de la guerra en Ucrania: la economía española crecerá menos de lo previsto. Este organismo ha rebajado las previsiones de crecimiento de nuestro país un 0,9 %, hasta el 4,5 %, 2,5 puntos por debajo de lo previsto por el Gobierno.
Además, en su primer informe de 2022, el Banco de España señala que el impacto macroeconómico más intenso de la guerra “se observará en el segundo trimestre del año“, al mismo tiempo que apunta que la incertidumbre instalada en los mercados está provocando una “merma de la confianza” que se extenderá hasta el segundo semestre del año.
Además, esta entidad detalla tres consecuencias del conflicto bélico que repercuten directamente en las empresas nacionales: En primer lugar, los precios de las materias primas, que “continuarán al alza“, especifica. Además, recalca, “una hipotética disminución o un corte en el suministro de gas ruso a Europa tendría probablemente efectos negativos muy intensos sobre la actividad económica del continente”.
Por otra parte, el Banco de España señala que persistirán los cuellos de botella en la cadena de suministro global y, como tercera consecuencia, expone una mayor persistencia del “repunte inflacionista actual“. En concreto, esta organización prevé que la inflación crecerá en 2022 hasta el 7,5 %, aunque también expone que en los dos próximos años descenderá, hasta situarse en un 1,6 % en 2024.
Bajan las materias primas
Desde la última actualización que este medio realizó del precio de las materias primas, el pasado 28 de marzo, se observa una clara tendencia a la baja de la cotización de estos siete materiales de especial interés para el sector eléctrico, aunque, en general, su coste sigue por encima del precio que registraban antes del inicio de la guerra.
A excepción del aluminio y el gas, el resto de materias primas se han encarecido respecto al periodo previo al conflicto bélico. Destacan, en este sentido, el níquel y el acero, que son un 33 % y un 27 % más caras que hace poco más de mes y medio, respectivamente. En el lado contrario, el aluminio y el gas son ligeramente más baratos que el pasado 23 de febrero.
Eso sí, en general, el precio de las materias primas se ha estabilizado a la baja respecto a la primera quincena del mes de marzo, cuando buena parte de estos materiales alcanzaron sus máximos históricos. Puede comprobar la evolución de los precios en la siguiente tabla.