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En la madrugada del domingo, a las dos serán las tres.
En la madrugada del domingo, a las dos serán las tres.

Claves sobre el cambio de hora de este fin de semana: ¿servirá para ahorrar en electricidad?

En la madrugada del 26 al 27 de marzo, los relojes se adelantarán una hora, por lo que a las dos serán las tres. ¿Cómo afecta esto a nuestra factura eléctrica? ¿Supone realmente un ahorro energético? Analizamos las claves de un cambio horario cuya eliminación se ha planteado en los últimos años.

En la madrugada de este domingo 27 de marzo, a las dos serán los tres. Los relojes tendrán que adelantarse sesenta minutos para ajustarse al cambio de hora y así poder entrar en el horario de verano. Una medida que afectará a todos los países de la Unión Europea, a pesar del reciente debate sobre su abolición. 

El objetivo de este cambio de horario es promover el ahorro energético y lograr un mayor aprovechamiento de las horas de luz, aunque el debate sobre si es beneficioso en ese sentido o incluso para la salud de los ciudadanos todavía sigue latente. 

¿Ahorro en la factura de la luz? 

El cambio de hora puede suponer un ahorro energético de hasta el 5 %, según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). A nivel económico, la reducción del consumo en hogares, industrias y el sector servicios se traduce en un ahorro en torno a los 300 millones de euros

Sin embargo, algunos informes, como el elaborado por Sven Schulze, han puntualizado que aunque los cambios estacionales de hora pueden producir ahorros, estos son marginales y no hay certeza de que se produzcan en todos los Estados miembros, ya que dependen de otros factores (geográficos, meteorológicos, hábitos de los usuarios…) En esta línea, diversos estudios han señalado que los beneficios del cambio horario no parecen determinantes. 

Esta dependencia de factores externos dificulta la labor de interpretación de estos estudios. Además, las nuevas exigencias de eficiencia energética en iluminación, en los sistemas de climatización y en los propios edificios, así como la progresiva introducción del autoconsumo, alteran significativamente los análisis que originalmente se utilizaban para calcular estos datos.

Sobre la eliminación del cambio de hora 

En 2018 se planteó la propuesta de eliminar el cambio de hora y se inició un proceso para que, en caso de que los países miembros estuvieran de acuerdo, proceder a suspender el cambio en 2019, aunque el Parlamento Europeo aprobó posteriormente una prórroga que situaba el fin de los cambios horarios en 2021. 

La propuesta europea nace de una encuesta en la que participaron más de cuatro millones y medio de personas y en la que el 80 % de los que fueron cuestionados (porcentaje que sube hasta un 95 % en el caso de España) se mostraron favorables para eliminar el cambio de hora.

En España, el gobierno de Pedro Sánchez creó una mesa de trabajo en 2018 para avanzar en esta propuesta. Sin embargo, la llegada de la pandemia paralizó completamente el debate y, a día de hoy, los estados miembros cuentan con otras prioridades. 

Cabe recordar que España está ubicada en el l huso UTC/GMT+1, en coincidencia con la mayor parte de Europa a excepción de Reino Unido, Irlanda y Portugal. Esta adscripción de huso es la que marca la hora oficial española, adelantada en 60 minutos a la “hora universal”. En nuestro país, las horas de luz son las mismas, 10 en invierno y unas 14 en verano, pero no amanece o anochece a la misma hora en el este que en el oeste, pudiendo haber más de una hora de diferencia de un extremo a otro

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